«El 40% de la población de Córdoba no puede comprar ninguna porción de territorio en el sector provincial», dijo Ana Laura Elorza, docente e investigadora de CONICET, en comunicación con La Despensa.
La última publicación del proyecto «La configuración socio-espacial de las desigualdades. Una propuesta metodológica para determinar el acceso a las oportunidades urbanas y a la vivienda«, del Instituto de Investigación de Vivienda y Hábitat de la Universidad Nacional de Córdoba, revela la desigualdad en el acceso a la vivienda en la provincia de Córdoba.
Ana Laura Elorza, docente e investigadora de CONICET, dialogó con La Despensa sobre los primeros resultados de esta investigación. «Los datos nos permiten visualizar las posibilidades reales o mejor dicho las dificultades que tienen los hogares del gran córdoba para acceder a la vivienda, ya sea comprar una vivienda o terreno o alquilar», destacó Elorza.
El proyecto se desarrolló en el marco de una convocatoria que impulsó la Universidad Nacional de Córdoba, a través del Observatorio Social y Cultural para el Desarrollo Sustentable. El equipo interdisciplinario indaga sobre las oportunidades de localización urbana que tienen personas de diferentes sectores sociales, para desentramar quiénes acceden a la tierra y la vivienda en Córdoba, y en qué condiciones.
La investigadora detalló que en la primera etapa del proceso pusieron en relación el valor de la tierra y de las viviendas con los ingresos que tienen los hogares que viven en este conglomerado urbano. «El cruce de esta información, nos permite identificar cuales son las posibilidades reales que tienen las familias de acceder a la vivienda. Los datos que resultaron de este análisis son bastantes preocupantes. Esta aproximación estadística que pudimos hacer, da cuenta que el 40% de la población de Córdoba no puede comprar ninguna porción de territorio en el sector provincial».
Además, puntualizó que la tierra a la que pueden acceder los hogares con menos ingresos «es tierra no urbanizada, no tiene servicios, ni apertura de calles, sería como una posibilidad de acceder pero sin los atributos de una buena calidad de vida».
Otro de los resultados que el equipo analizó fue el acceso a la vivienda de los hogares que sostienen las mujeres. «Dentro de estos grupos sociales, con dificultad en el acceso a la vivienda, se encuentran en una situación más desfavorecida los hogares con jefatura femenino, lo cual da cuenta de las situaciones de trabajo que tiene las mujeres, que suelen ser las únicas responsables económicas de los hogares y también a las que más se le dificulta el ingreso al mercado del trabajo», concluyó Elorza.