Cada 7 de marzo el recuerdo de Natalia «La Pepa” Gaitán aparece como un acto político de la memoria feminista. Se manifiesta como un pacto contra el olvido, contra la amnesia colectiva; es la promesa de la reescritura de la historia: nuestra historia.
Aquel 7 de marzo de 2010, Daniel Torres padrastro de la novia de «La Pepa», luego de un partido de Belgrano y sin mediar palabra le disparó a quemaropa con una escopeta. Para la Justicia cordobesa no hubo indicios de violencia de género, sin embargo la sociedad reconoció y repudió este acto de lesbodio.
El fusilamiento que sufrió «La Pepa» expuso de manera brutal los altos niveles de homo-lesbo-travestofobia de la sociedad argentina, hasta el momento invisibilizados. Es por esto que se considera a «La Pepa» una pieza clave en el mapa de la genealogía feminista, siendo ella la primera muerte pública conocida como acto discriminatorio.
Son doce los años que pasaron luego del lesbicidio de Natalia «La Pepa» Gaitán, en nuestro país este asesinato fue un antes y un después a nivel social, ya que el movimiento de mujeres y disidencias lo convirtió en símbolo contra la discriminación y la violencia por la identidad sexual.
En «La Despensa» de La Ranchada en este 7M entrevistamos a Florencia Bracco, integrante de «Abriendo la cancha», organización feminista que tiene por finalidad generar espacios de intercambio, reflexión y promoción de los derechos de las mujeres y disidencias a partir de la práctica del fútbol. Acá podés escuchar la entrevista completa: