El 18 de julio de 1976 los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville fueron vistos con vida por última vez. Los integrantes de una pastoral centrada en el pueblo y en la construcción de una sociedad más justa acordaban con la mirada del obispo Enrique Angelelli: «allí se fue constituyendo una pastoral a la luz del Concilio Vaticano II de una iglesia pobre para los pobres y en ese marco distintos sectores y sacerdotes fueron confluyendo en esa pastoral», explica Marco Galán.
Gabriel Longueville era francés, Carlos de Dios Murias, cordobés de San Carlos Minas que fue seminarista en Córdoba, junto a Wenceslao Pedernera, de San Luis y monseñor Angelelli denunciaban y hacían frente a la dictadura cívico militar: «se fue dando una represión muy dura de la dictadura a partir del año 76 contra todo tipo de manifestaciones que tuviera la iglesia de acompañar a sectores pobres y denunciar las violaciones de derechos humanos», aseveró Galán.
Esa fatídica noche de julio del 76 un grupo de hombres exhibió credenciales de la policía y les pidieron a los religiosos que los acompañen dado que debían declarar para la liberación de personas privadas de su libertad. Fue la última vez que se los vio con vida.
El 25 lo asesinan a Wenceslao Pedernera, nosotros llevamos el nombre de el en nuestro salón comunitario, y el 4 de agosto que culmina al menos este ciclo en la iglesia riojana de asesinatos contra la iglesia para descabezar definitivamente a una iglesia evangélica que acompañaba a los sectores rurales, al pueblo campesino y al pueblo trabajador lo asesinan a monseñor Angelleli.
Su obra y lucha persisten hasta nuestros días: «en el día de ayer el Papa Francisco designa esa fecha como la fecha de los mártires y esto en parte fue gracias a la lucha de distintos sectores. Acá en Córdoba la revista Tiempo Latinoamericano y familiares de Angelelli que lograron demostrar que el asesinato de él no había sido un accidente, fue algo orquestado por (Mario Benjamin) Menéndez fundamentalmente y el tercer cuerpo de ejército que tenia operación sobre La Rioja», resalta el presidente de la mutual Carlos Mugica.
Los tres religiosos y el laico sanluiseño Wenceslao Pedernera fueron proclamados beatos en 2019, al reconocer por parte de la Iglesia su “martirio en odio de la fe”.
Nos parece que ese legado de los mártires (que significa ser testigos de Jesús, del evangelio, de la verdad, de acompañar al pueblo) esa iglesia sigue viva, y sigue viva mas que nunca en lo que hoy expresa la pastoral, el mensaje actualizado de Francisco y los movimientos sociales por construir una sociedad más justa.