El dirigente ofreció una charla en la Casa Histórica del Movimient Obrero. De larga trayectoria en el terreno sindical, el secretario General de la Federación Argentina de Trabajadores de la Industria del Cuero y Afines (FATICA) ocupa el cargo de ministro de Trabajo en la provincia de Buenos Aires.
Mientras en la mayoría de las provincias las carteras laborales son ocupadas por abogados laboralistas o por técnicos vinculados al sector empresario (por caso a nivel nacional Milei, además de bajar el rango de Ministerio a Secretaría de Trabajo, designó en ese cargo a Julio Cordero, propuesto por Techint), en la provincia de Buenos Aires el gobernador Axel Kicillof eligió un dirigente del movimiento obrero.
Walter Correa cuenta con una larga militancia en el Sindicato de Obreros Curtidores y desde 2022 está al frente del Ministerio de Trabajo. Días atrás estuvo en Córdoba y en la Casa Histórica del Movimiento Obrero ofreció una charla, donde participaron dirigentes de la CGT Córdoba y de las dos CTA.
En una conversación con La Ranchada Web, Correa se refirió al difícil momento que atraviesa el mundo del trabajo. “Cuando cumplimos 41 años de proceso democrático, asistimos a una situación muy difícil. Estamos en un proceso de precarización de la democracia, de retroceso de la democracia y la centralidad del ataque sistemático del gobierno anarcocapitalista del presidente Milei es ir con la última línea de defensa del pueblo trabajador, que son las organizaciones sindicales, el movimiento sindical”, sostuvo el también fundador de la Corriente Federal dentro de la CGT.
“No es casualidad que la derecha y la extrema derecha, para imponer sus políticas en contra del pueblo trabajador, busquen quebrar la voluntad de lucha de las clases trabajadoras”, agregó el ministro, y reivindicó la necesidad de la “unidad de los trabajadores, para desde allí construir lo que se viene”.
“Cuento con la confianza de Kicillof”
En medio de la interna justicialista en la provincia de Buenos Aires, con una fallida compulsa para dirimir la conducción del PJ y la posterior consagración de Cristina Fernández de Kirchner al frente del partido, fueron inocultables las diferencias entre el “cristinismo duro” (La Cámpora) y el sector que se referencia en el gobernador. Con un dato: en el gabinete de Kicillof conviven ambas corrientes y en el fragor de la puja Walter Correa fue ratificado en el cargo.
“Con mucho orgullo, con mucha responsabilidad, asumo esta función a partir de la confianza de nuestro gobernador. Kicillof entiende que el movimiento obrero tiene que integrar el Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires, y obviamente que uno hace todo lo posible para abrir esa puerta, para que más compañeros y compañeras del movimiento sindical, no solamente sean formen parte de las movilizaciones, de los congresos, de los plenarios, sino que a la hora de tener responsabilidades de gestión o legislativas, que las tengan”.
Y ahí dio pie de la pregunta sobre si es necesario que el movimiento obrero recupere protagonismo a la hora de conformar las “listas” y de ocupar cargos públicos. “En los sindicatos hay un recambio generacional muy fuerte, compañeros y compañeras dispuestos a ser parte de las conducciones que se vienen, y a organizar lo que se viene. Me parece que tenemos que volver a ese 33 por ciento que predicaba Juan Domingo Perón. Porque cuando las papas queman, como ahora, somos los trabajadores quienes salimos a defender al pueblo para evitar el avance tan descomunal del presidente (Javier) Milei. Es importante que el movimiento sindical se incorpore a la política, para sostener el proceso democrático es imprescindible la participación de las clases trabajadoras”, señaló Correa a este portal.
“Es necesario apuntar a que el trabajador esté registrado”
¿Se perdió representación o están en crisis las organizaciones gremiales? Lo cierto es que este país que hace tres décadas contaba con el mayor porcentaje de trabajadores sindicalizados de la región, la realidad hoy es de una caída en el número de afiliados. Claro que, en este dato duro, es imposible obviar cómo ha ido creciendo el “trabajo informal”, la precarización laboral.
Correa exalta la militancia gremial: “Se debe destacar que el movimiento obrero organizado tiene 70.000 compañeros y compañeras con responsabilidades sindicales a lo largo y ancho territorio nacional, que llevan adelante una lucha cotidiana. Y es cierto que, en mi caso, al frente de Trabajo, me toca afrontar la problemática laboral, la pérdida de fuentes de trabajo que tenemos en este contexto tan difícil.
En este punto, distintos analistas concluyen que, más allá de que la sola baja en la inflación pueda contribuir a mejorar la adhesión popular al modelo anarcocapitalista, lo central será el empleo y los indicadores que preanuncian un crecimiento de la desocupación.
Todos remiten al final de la década del 90, cuando con índices mínimos o nulos de inflación, el descontento social que llegó a su punto máximo en diciembre de 2001, no fue otro que una desocupación superando el 25 por ciento de la población económicamente activa.
“No podemos tener la concepción de aceptar el trabajo no registrado, nosotros no podemos aceptar la situación precaria de los trabajadores, cuando tenemos un inmenso país, con inmensas riquezas naturales. Si el litio lo procesamos, lo producimos y lo comercializamos en nuestro territorio nacional, no vamos a tener trabajadores precarizados, vamos a tener miles y miles de trabajadores con recibo de sueldo, con todos los derechos que lo asiste la ley. Pero para eso necesitamos una Argentina industrializada, un gobierno que defienda los intereses de la patria, que no tiene nada que ver con esta política que privilegia la timba financiera”, enfatizó el dirigente del gremio de la curtiembre.
El Gobierno nacional apunta a suprimir derechos laborales
Por estos días, en el duro conflicto que da en los sindicatos aeroportuarios, con la intención de fondo de avanzar en la privatización de la línea de bandera y desregular otros sectores vinculados, quedó a las claras que Milei va por la modificación (y hasta la supresión) de los convenios colectivos.
Al respecto, Walter Correa es claro: “Los convenios colectivos son mayoritariamente del año 1975, porque en el 55 tuvimos un golpe de estado, ‘la fusiladora’, si no serían del 55. Se modifican todos los días, en el Ministerio vemos cómo se reforman, porque hay modificaciones en los horarios, porque la maquinaria va modernizándose, porque las reglas de comercialización son otras. Es decir, hay un ejercicio cotidiano entre el sector patronal y el sector laboral para modificarlos constantemente, por lo que es una mentira que los convenios del 75 retrasan. La derecha lo que quiere hacer es modificar los convenios, no para condicionarlos a una situación real, sino para su retroceso, esto es un poco lo que hace la Ley de Bases, que lleva a los trabajadores y a las trabajadoras al pre-peronismo, donde no teníamos derechos, donde no teníamos conquistas. Y también con el RIGI (el régimen para grandes inversiones), que alienta una política extractivista donde las grandes empresas multinacionales se queden con las riquezas y el pueblo sumergido en la miseria”.
Y concluyó: “Como dice nuestro gobernador, se está produciendo un industricidio, mucho más feroz y veloz que con el macrismo, No tenemos un solo indicador que hable de que esta situación se va a revertir. En términos industriales, en términos laborales, no tenemos duda de que se va incrementando la desocupación si no tenemos un cambio en la política del Estado hacia los sectores del trabajo, hacia los sectores de la producción”.
Por Miguel Apontes