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Cada rincón de Córdoba tiene una historia que merece ser contada. Este lunes, junto a Beto Quinteros, barrios históricos,
En sus comienzos Alto Alberdi hacia el oeste eran chacras agrícolas, para el año 1831 se decidió construir una capilla en lo que se llamaba en ese momento Pueblito «La Toma». Para 1837 se dispuso la venta de tierras de las antiguas comunidades indígenas y se ordenó la construcción de un cementerio en las afueras del casco urbano.
Dicha obra se concretó en 1843, año en el que se inauguró el cementerio de San Jerónimo. La parte sur del mismo se destinó a los llamados “disidentes religiosos”: personas que no profesaban la religión católica. A partir de entonces, la capilla y el cementerio funcionaron como puntos de encuentro social, atrayendo a nuevos habitantes que, mezclados con los primitivos pobladores, fueron formando un nuevo vecindario de población obrera.
El barrio se consolidó como Alto Alberdi a fines de la década de 1930, cuando ya contaba con pavimento, alumbrado público y servicio de colectivos que lo unían a la ciudad. Para esa época se registran hitos importantes como: la creación en 1918 de la Biblioteca Alberdi y la inauguración en 1938 de la Plaza “Jerónimo del Barco”.