En el Tedeum, el arzobispo Ángel Rossi clamó por la paz y llamó a terminar con las “microguerras”

Durante la ceremonia religiosa por el 25 de Mayo, el cardenal de Córdoba pidió terminar con la violencia y cultivar la fraternidad. También advirtió sobre el sufrimiento de los más vulnerables y la responsabilidad individual en la construcción de una patria mejor.
Angel Rossi

En una homilía cargada de llamados a la reflexión y a la acción, el arzobispo de Córdoba, Monseñor Ángel Rossi, encabezó este domingo patrio el tradicional Tedeum y realizó una enérgica defensa de la paz, condenando tanto las guerras a gran escala como las violencias cotidianas que fracturan la vida social.

Durante su mensaje posterior a la lectura del Evangelio, el cardenal expresó con fuerza: “Jesús en el Evangelio de hoy nos añade, nos regala el don de la paz. Necesitamos escuchar urgentemente este grito, a nivel mundial y a nivel de nuestra patria”.

Rossi destacó especialmente el impacto del sufrimiento sobre los más vulnerables y afirmó que “una sola lágrima de los niños es infinitamente más grande que todos los proyectos”, reclamando una actitud más sensible y comprometida frente a las atrocidades bélicas y la indiferencia.

Contra la guerra y la indiferencia

Citó al Papa Pablo VI, recordando el histórico llamado de la Iglesia: “La paz es posible porque es posible el amor… Nunca más la guerra, la guerra nunca más”. Y agregó que cada gesto de solidaridad y cada esfuerzo por construir paz, tanto en el país como en el mundo, “debe hacer brotar ese grito tan inmensamente deseado: ha estallado la paz”.

Más adelante, Monseñor Rossi dirigió su mirada hacia el plano social más cercano y cotidiano, llamando a revisar las “microguerras” que muchas veces deterioran los vínculos familiares, comunitarios o institucionales. “Habrá que revisar nuestras microguerras. Quizás no son de la misma dimensión, pero también duelen y dividen”, advirtió.

Por una patria más fraterna

El arzobispo también invitó a no desentenderse del sufrimiento ajeno:
“No cedamos a la tentación de desinteresarnos de los demás. No nos acostumbremos a desviar la mirada”, expresó, alentando a formar “una comunidad compuesta de hermanos que se acogen y se preocupan los unos por los otros”.

Finalmente, en el marco de la celebración patria, Monseñor Rossi pidió especialmente por la Argentina, reconociendo los tiempos difíciles que atraviesa el país, pero alentando a mantener la esperanza y el compromiso individual:
“Que nos animemos a creer que cada uno de nosotros, allí donde Dios nos ha puesto, somos constructores de ese mejor tiempo”, sostuvo, y encomendó a la patria al amparo de la Virgen de Luján, patrona de la Argentina.

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