Ni Una Menos, 10 años después: 2.589 femicidios y una lucha que no se detiene

A una década del grito que estremeció al país, las cifras revelan una realidad alarmante. Este 3 de junio, las calles volverán a llenarse de voces para exigir justicia, memoria y políticas reales frente a la violencia de género.
ni una menos

Este martes 3 de junio se cumplirán diez años desde aquella primera y multitudinaria movilización que, bajo la consigna “Ni Una Menos”, marcó un antes y un después en la lucha contra la violencia machista en Argentina. El asesinato de Chiara Páez, una adolescente santafesina de 14 años embarazada de ocho semanas, fue la gota que colmó el vaso e impulsó un grito colectivo que hizo historia. A una década de ese momento fundacional, los números que deja este recorrido exponen una realidad cruda: 2.589 femicidios, femicidios vinculados y trans/travesticidios ocurrieron en el país entre el 1 de junio de 2015 y el 30 de mayo de 2025.

El dato es estremecedor: en estos diez años, una mujer o persona trans fue asesinada cada 33 horas. Así lo revela el reciente informe del Observatorio Nacional Mujeres, Disidencias, Derechos de MuMaLá, que denuncia la continuidad de una violencia estructural y una creciente desprotección por parte del Estado.

“Cada una de estas muertes representa una vida truncada, una familia devastada y un Estado ausente”, expresa el documento, que además responsabiliza directamente al actual gobierno nacional por un ajuste económico que “profundiza la precarización y desprotección” de mujeres y disidencias.

Un mapa del horror y el abandono

El informe desglosa con precisión las características de esta violencia sistemática. El 86% de los casos fueron femicidios directos y más de 2.700 niños, niñas y adolescentes quedaron huérfanos. El hogar, que debería ser un espacio de cuidado, fue escenario de 6 de cada 10 femicidios. Y el 50% de las víctimas tenía entre 19 y 40 años.

La maternidad también está atravesada por la violencia: en estos años, 1.280 mujeres madres fueron asesinadas, y 61 mujeres embarazadas fueron víctimas de femicidio.

La respuesta estatal, además de insuficiente, fue ineficaz: solo el 17% de las víctimas había realizado una denuncia previa; y de ellas, apenas el 10% accedió a dispositivos de alerta como botones antipánico o tobilleras electrónicas. A esto se suma otro dato alarmante: el 9% de los femicidas pertenecía a fuerzas de seguridad, y en más de la mitad de esos casos, usaron su arma reglamentaria para matar.

Córdoba: 189 femicidios y un grito que no se apaga

En la provincia de Córdoba, se contabilizaron 189 femicidios en estos diez años, de los cuales el 78% ocurrieron fuera de la capital. El movimiento feminista local, sin embargo, nunca dejó de organizarse y luchar. Este martes, a las 18 horas, habrá una nueva marcha Ni Una Menos en Colón y Cañada, el mismo punto de encuentro que hace una década.

“Marchamos porque los femicidios no cesan, porque seguimos gritando ¡Basta!, porque la lucha sigue siendo urgente”, afirman desde la organización. El llamado se extiende a todos los sectores sociales que creen en una vida libre de violencias.

El comunicado que acompaña la convocatoria recuerda los logros conquistados en este tiempo, entre ellos la Educación Sexual Integral, la Ley Micaela y la legalización del aborto. “En Córdoba, y en toda la Argentina, nos organizamos, nos movilizamos y conquistamos derechos. Lo que empezó aquí se replicó en México, Chile, España, Perú, Italia y Estados Unidos”.

Un movimiento vivo frente a discursos de odio

En un contexto político donde avanzan discursos negacionistas y antifeministas, el movimiento Ni Una Menos reafirma su vigencia con un mensaje claro: “Ni una menos, ni un derecho menos”. En las calles, los barrios y las redes, la resistencia sigue creciendo. “Con fuerza, rabia y organización, seguimos adelante”, expresan con contundencia.

Lo que comenzó como una respuesta urgente a la violencia de género, se convirtió en un movimiento popular, feminista y transversal que sigue interpelando al poder y exigiendo transformaciones profundas. Diez años después, la memoria y la lucha continúan. Porque mientras una mujer sea asesinada por el solo hecho de serlo, el grito de Ni Una Menos seguirá resonando más fuerte que nunca.

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