Desempleo en Argentina: llegó al 7,6% con un crecimiento en la informalidad laboral

El INDEC informó que la tasa de desocupación se mantuvo en 7,6%, pero la informalidad laboral alcanzó su nivel más alto en los últimos años.
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La tasa de desocupación en Argentina se mantuvo estable en el segundo trimestre de 2025, alcanzando el 7,6%, según datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Esta cifra no registró variaciones respecto del mismo período de 2024 y mostró una leve baja frente al 7,9% del primer trimestre de este año, lo que indica que el mercado laboral atraviesa una etapa de relativa estabilidad en los indicadores de cantidad de empleo.

En términos absolutos, esto significa que 2,3 millones de argentinos se encuentran actualmente sin trabajo. La población económicamente activa descendió levemente al 48,1%, lo que sugiere que parte de la reducción en la tasa de desocupación se explica por una menor participación en el mercado laboral.

Si bien el nivel de desempleo parece estabilizado, analistas laborales advierten que la foto completa revela un escenario más complejo. Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, explicó que “el mercado laboral ajusta por calidad, no por cantidad”, en referencia a que la estabilidad en el índice de desocupación convive con un deterioro en las condiciones laborales.

Crece la informalidad laboral

Uno de los datos más significativos del informe es el avance de la informalidad laboral. La tasa alcanzó el 43,2% en el segundo trimestre, lo que representa 1,6 puntos porcentuales más que en el mismo período de 2024 y 1,2 puntos más que en el trimestre anterior. Esto indica que, aunque el desempleo se mantenga relativamente estable, cada vez más personas trabajan sin acceso a derechos laborales básicos ni aportes jubilatorios.

Del total de asalariados, el 37,7% carece de aportes jubilatorios, mientras que solo el 15,7% realiza contribuciones por cuenta propia. Esta tendencia revela un crecimiento del cuentapropismo informal, que pasó del 13,8% al 14,7% del total de ocupados, un fenómeno asociado a la búsqueda de alternativas frente a la falta de empleos formales.

Otro dato preocupante es el aumento de la presión sobre el mercado laboral. Los ocupados demandantes de empleo crecieron al 17,1%, mientras que los subocupados ascendieron al 11,6%, elevando la presión total al 30,5%. Es decir, hay más personas con trabajo que buscan uno mejor o necesitan sumar horas para llegar a un ingreso suficiente.

Zonas más afectadas

El informe del INDEC también desglosó los datos por regiones. Los aglomerados urbanos con mayor desocupación son Resistencia (10,3%), Gran Buenos Aires (9,8%) y San Nicolás–Villa Constitución (9,3%). Estas cifras superan con holgura el promedio nacional y muestran la persistencia de bolsones de desempleo estructural en distintos puntos del país.

Por su parte, otras regiones presentan tasas más moderadas, aunque también exhiben altos niveles de informalidad. En este contexto, el promedio anual de desempleo en 2025, hasta el segundo trimestre, es de 7,8%, levemente superior al promedio de 2024 (7,2%), lo que marca un retroceso en términos de creación de empleo formal.

Interpretación de los datos

Economistas y sindicalistas coinciden en que estos números reflejan la dificultad para generar empleo de calidad en un contexto económico de bajo crecimiento y alta inflación. Si bien el Gobierno nacional destacó que la tasa de desempleo no aumentó, especialistas sostienen que esta aparente estabilidad esconde un mercado laboral cada vez más heterogéneo y precario.

“En los últimos años vimos cómo la caída de la actividad formal se compensó con más trabajo por cuenta propia, muchas veces en condiciones informales o sin registro”, explicó Campos. “Esto no es sostenible en el tiempo y afecta la protección social de millones de trabajadores”, añadió.

El desafío de las políticas públicas

El crecimiento del empleo informal y del cuentapropismo plantea un desafío urgente para las políticas públicas. Los analistas señalan la necesidad de implementar programas de formalización laboral, reducir la carga tributaria sobre los pequeños emprendimientos y mejorar el acceso al crédito para que los trabajadores independientes puedan desarrollarse en condiciones más estables.

Además, organizaciones sindicales advirtieron que el aumento de la informalidad debilita la capacidad de negociación colectiva y erosiona la recaudación de la seguridad social. “Si seguimos con estos niveles de trabajo no registrado, los sistemas de jubilaciones y cobertura médica seguirán bajo presión”, indicó un dirigente gremial consultado.

Un mercado laboral en tensión

En síntesis, la tasa de desocupación en Argentina se mantiene estable en términos estadísticos, pero el deterioro de la calidad del empleo es cada vez más evidente. El incremento de la informalidad laboral, del cuentapropismo y de los ocupados demandantes muestra que el mercado laboral argentino sigue bajo tensión, con un escenario que combina estabilidad en la cantidad de empleos con precarización creciente.

Este panorama plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de la recuperación del empleo y sobre las medidas necesarias para revertir las tendencias actuales. Mientras tanto, 2,3 millones de argentinos continúan desempleados y millones más se desempeñan en condiciones de informalidad.

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