El locutor Ricardo Candoli repasó los orígenes del nombre de la ciudad, sus personalidades destacadas y su rica herencia cultural, desde el expresidente Arturo Illia hasta figuras del cuarteto y la literatura.
La ciudad de Cruz del Eje celebró recientemente su 290º aniversario, una ocasión que sirvió para recordar su rica historia y el legado de las personalidades que nacieron o vivieron en ella. El locutor y animador Ricardo Candoli, amigo de La Ranchada, compartió detalles sobre los orígenes de esta emblemática localidad del noroeste cordobés.
Según relató Candoli, la ciudad fue fundada el 22 de septiembre de 1735 por Francisco de Baigorrí. El origen de su nombre, «Cruz del Eje», proviene de un hecho histórico: una carreta volcó y su eje se quebró, causando la muerte de un hombre de origen español llamado Tomás Irruticoechea. En el lugar de su sepultura se colocó una cruz hecha con el eje roto del vehículo, un símbolo que se eternizó y dio nombre a la ciudad. Esta versión histórica, confirmada por los libros, se impone sobre otras fábulas populares que hablaban de una disputa con el cacique Olayón.
Conocida también como la «Cuenca del Sol» por su clima cálido y la constante presencia del sol, Cruz del Eje ha sido cuna y hogar de adopción de numerosas figuras ilustres. Entre ellas destaca el Dr. Arturo Humberto Illia, quien llegó a la ciudad a los 28 años y, tras una vida como médico y militante radical, se convirtió en Presidente de la Nación en 1963. Su casa, ubicada en el centro de la ciudad, hoy funciona como un museo abierto al público.
El ámbito cultural y del espectáculo también ha sido nutrido por talentos cruzdelejeños. Figuras de la música como el cantante Jairo, Daniel Guardia, y el escritor de renombre mundial Marcos Aguinis vivieron allí en su juventud. Además, la ciudad ha aportado grandes nombres a la locución, como Luis Maidana, histórica voz del cuarteto cordobés. Candoli mismo tuvo una extensa carrera como animador del reconocido cantante Pelusa, recorriendo escenarios emblemáticos del país.
La ciudad, que tuvo un gran auge en los años 50 gracias a la apicultura y la agricultura, también es conocida por el Dique Cruz del Eje, construido por ingenieros alemanes en la década de 1940. Hoy, muchos de sus hijos dispersos por el mundo la recuerdan con cariño, especialmente durante festividades como el Festival Nacional del Olivo, anhelando regresar algún día a la tierra que los vio nacer.