En todo el país se vendieron 1.436.656 vehículos usados en los primeros nueve meses del año, un 13,84% más que en el mismo período de 2024. Solo en septiembre se comercializaron 171.364 unidades, el mejor registro desde 1995. La lectura inmediata parece positiva, pero el contexto muestra otra cara: la imposibilidad de acceder a un auto nuevo por la caída del salario real y la falta de financiamiento convirtió al usado en el único refugio posible para una clase media cada vez más golpeada.
“Pese a las turbulencias por las que atraviesa la economía, la gente volvió a mostrar interés en la compra de un vehículo”, explicó Alejandro Lamas, secretario de la CCA. Sin embargo, en Córdoba el entusiasmo se mezcla con resignación. Las agencias locales registran movimiento, pero la mayoría de las operaciones se concretan con vehículos de más de diez años de antigüedad.
La provincia ocupa el puesto 16 entre los 24 distritos que más autos usados vendieron. Aunque el incremento local es similar al promedio nacional, Córdoba está lejos del dinamismo que mostraron provincias como Formosa (38,26%), Neuquén (32,64%) y Catamarca (28,81%). En la lectura del sector, eso se explica por una caída sostenida del poder de compra y una economía que no ofrece señales de recuperación.
“La gente compra lo que puede, no lo que quiere”, resumió un empresario del rubro consultado por este medio. En su agencia, las consultas crecieron, pero las ventas se concentran en autos más viejos y baratos. “Los planes de financiación prácticamente desaparecieron y el crédito bancario es inaccesible. Sin políticas claras desde la Nación, esto se sostiene solo por inercia”, advirtió.
La paradoja cordobesa es evidente: mientras el mercado automotor muestra crecimiento en las estadísticas, la industria autopartista y metalmecánica de la provincia sigue trabajando por debajo de su capacidad. La falta de previsibilidad económica y las importaciones limitadas frenan la producción local, afectando a miles de empleos vinculados a la cadena automotriz.
En ese sentido, la comparación con las provincias del norte revela una tendencia preocupante. Distritos históricamente postergados, como Santiago del Estero, La Rioja o Jujuy, registraron subas superiores al 25%. En cambio, Córdoba, con su infraestructura industrial y su base automotriz, no logra despegar. “Es un síntoma claro de que la política económica nacional no está mirando al interior productivo, sino que sigue girando en torno a decisiones de corto plazo”, coincidieron fuentes del sector.
El contraste se acentúa si se observa a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que apenas creció un 8,2%, pese a ser el distrito de mayor ingreso per cápita. Allí, la caída en el consumo y la saturación del parque automotor explican el freno, pero también marcan el límite de un modelo que no genera incentivos para renovar el stock vehicular.
Crecimiento de las provincias en el período enero-septiembre
- Formosa: 38,26%.
- Neuquén: 32,64%.
- Catamarca: 28,81%.
- Santiago del Estero: 27,42%.
- La Rioja: 25,63%.
- Jujuy: 25,32%.
- Salta: 24,64%.
- Chubut: 22,55%.
- Río Negro: 22,61%.
- Chaco: 22,08%.
- Santa Cruz: 22,02%.
- Corrientes: 20,96%.
- Tucumán: 20,00%.
- Misiones: 16,11%.
- San Juan: 14,45%.
- Córdoba: 13,81%.
- San Luis: 13,21%.
- La Pampa: 12,25%.
- Provincia de Buenos Aires: 12,22%.
- Mendoza: 11,31%.
- Entre Ríos: 11,13%.
- Santa Fe: 11,01%.
- Tierra del Fuego: 10,44%.
- CABA: 8,20%.