El Gobierno nacional anunció la firma de un acuerdo con el Tesoro de Estados Unidos por un swap de hasta 20 mil millones de dólares, destinado a reforzar las reservas del Banco Central y estabilizar el mercado cambiario en la antesala de las elecciones del 26 de octubre. El anuncio fue acompañado por la presentación de un nuevo esquema financiero denominado “Deuda por Educación”, que apunta a transformar parte de la deuda soberana en inversiones en el sistema educativo, con la asistencia del banco JP Morgan y el apoyo de organismos multilaterales de crédito.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, comunicó que Argentina inició las negociaciones para una recompra de bonos en moneda extranjera con el objetivo de reducir el costo del financiamiento y generar recursos que se destinarán a fortalecer la educación pública. “Los ahorros generados serán utilizados para consolidar la inversión educativa de largo plazo, reafirmando el compromiso del Gobierno con el desarrollo del capital humano y el futuro del país”, señaló en su cuenta oficial de X.
La operación, estructurada por JP Morgan, busca recomprar deuda argentina en el mercado y sustituirla por financiamiento a tasas más bajas. De esta forma, se procura mejorar el perfil crediticio del país y fortalecer su acceso al financiamiento internacional. En el sector financiero interpretaron que el plan apunta a bajar el Riesgo País, lo que facilitaría el regreso de la Argentina a los mercados voluntarios de crédito. Nicolás Cappella, analista de Grupo Invertir en Bolsa, consideró que “la reacción positiva de los bonos muestra el impacto inicial de la medida, aunque la cercanía de las elecciones puede limitar su efecto”.
El programa “Deuda por Educación” —conocido internacionalmente como Debt4Ed— consiste en reorganizar parte de la deuda pública y destinar los fondos liberados a proyectos educativos. Según el Banco Mundial, este tipo de operaciones busca equilibrar la sostenibilidad fiscal con la inversión social, garantizando recursos estables para la educación y el desarrollo de capacidades.
Horas antes del anuncio, el Banco Central confirmó la firma del swap con el Tesoro estadounidense. El convenio se enmarca en una estrategia de cooperación financiera que busca fortalecer las reservas internacionales y brindar mayor estabilidad cambiaria. Desde la autoridad monetaria indicaron que el impacto sobre las reservas se registrará únicamente cuando se activen los desembolsos, que se definirán según las necesidades del país. A diferencia del swap con China, este acuerdo tiene características técnicas particulares y sus condiciones permanecen bajo confidencialidad, aunque se confirmó que los fondos serán de libre disponibilidad.
El presidente Javier Milei explicó que la Argentina utilizará la línea swap por 20 mil millones de dólares para afrontar los vencimientos de deuda de 2026 si no logra acceder a financiamiento en los mercados internacionales. “En caso de no poder salir al mercado por un riesgo país elevado, haremos los pagos utilizando esta línea de swap; eso significa tomar deuda para pagar deuda”, afirmó el mandatario.
Según el economista Salvador Vitelli, la deuda soberana argentina en moneda extranjera tiene un valor de mercado de 56.800 millones de dólares y asciende a 117.920 millones a valor nominal, entre capital e intereses. Esto representa una paridad promedio del 61,8%, lo que deja margen para operaciones de recompra con descuento.
Mientras tanto, fuentes del Tesoro estadounidense confirmaron que las intervenciones de su secretario Scott Bessent en el mercado cambiario argentino continuarán en paralelo al swap. De acuerdo con estimaciones privadas, el Tesoro de Estados Unidos compró en las últimas semanas el equivalente a 339 millones de dólares en pesos, contribuyendo a moderar la presión sobre el tipo de cambio.