“Al frenarse el vehículo, la gente que venía atrás siguió empujando. Era una masa compacta, no se podía mover prácticamente”, relató González en diálogo con Radio La Ranchada. En medio del desorden, el camarógrafo perdió la estabilidad y, al intentar sostener la cámara, rozó accidentalmente a un joven que reaccionó con violencia. “Pensó que le había querido pegar y lo empujó. En esa circunstancia lo golpearon en la cabeza”, contó.
El trabajador de prensa fue asistido en el Hospital de Urgencias, donde le realizaron estudios por un fuerte golpe y dolores de cabeza. “Afortunadamente está bien, eso es lo más importante”, expresó González. La periodista, además, denunció que le robaron el celular durante el episodio: “Me abrieron la riñonera y me lo sacaron mientras estábamos al aire”.
Con más de 23 años de trayectoria, González afirmó que nunca había vivido una situación similar. “Hemos cubierto motines, enfrentamientos y manifestaciones, pero jamás algo así. No había policías cerca, era toda la militancia, y no había cómo pedir ayuda”, señaló.
Tras el ataque, recibió mensajes de solidaridad de colegas y distintos espacios políticos, aunque ninguna manifestación por parte de referentes de La Libertad Avanza. “Eso también hay que decirlo —enfatizó—, porque esto ocurrió en un acto organizado por ellos.”
La comunicadora remarcó que la seguridad del evento estuvo concentrada exclusivamente en el mandatario. “Había muchísima custodia, pero toda enfocada hacia el presidente. Para los periodistas y la gente que estaba allí, nada”, sostuvo.
Sobre el habitual discurso de Javier Milei con respecto al periodismo («No odiamos suficiente a los periodistas») aseguró: “Tenemos que defender nuestra profesión. No podemos dejar que un presidente diga que odiamos poco a los periodistas. Es un mensaje gravísimo, que habilita cualquier actitud”, advirtió González.
Según relató, durante el mismo acto una colega de C5N también fue agredida y se registraron múltiples robos de celulares. “Ya había pasado algo parecido en otro acto de Milei, en la Hipólito Yrigoyen, donde también le robaron el teléfono a un periodista. Evidentemente, falla algo ahí”, concluyó.
El episodio vuelve a poner en debate las condiciones de seguridad en los actos políticos y la violencia creciente hacia los trabajadores de prensa. Sin garantías para ejercer la profesión ni protocolos claros que resguarden a quienes cubren actividades oficiales, la tarea de informar se vuelve cada vez más riesgosa. La libertad de prensa no se defiende solo desde los discursos: se garantiza con hechos y con respeto por quienes la ejercen.
Escuchá la nota completa con Fernanda González acá:
LA DESPENSA. Lunes a viernes de 9 a 12hs, con Emilia Calderón.

