Una unidad productiva del Movimiento La Dignidad implementa la venta de combos agroecológicos para garantizar el acceso a la alimentación en medio de la crisis económica, operando en el corazón del pueblo cordobés.
El proyecto productivo «La Budapest», ubicado en San Marcos Sierras (Córdoba), funciona como una unidad de producción agroecológica que prioriza el acceso al alimento sobre la especulación, según explicó Carlos Martín, uno de los responsables. La unidad, que trabaja en una chacra de 4 hectáreas casi en el medio del pueblo, es parte del Movimiento Popular La Dignidad.
Actualmente, el equipo se dedica a la producción de verduras, frutales, nueces (provenientes de 18 nogales) y, principalmente, huevos de 350 gallinas ponedoras criadas en un sistema pastoril libre de jaula.
Martín relató que si bien el grupo intentó conformarse como una cooperativa de seis personas, la iniciativa fue dada de baja con el cambio de gobierno nacional. A pesar de no contar con respaldo jurídico, han continuado trabajando comunitariamente. Aunque iniciaron con alrededor de 14 compañeros cuando contaban con proyectos como el Potenciar Trabajo, hoy el trabajo regular es sostenido por aproximadamente cinco personas.
Ante el contexto de dificultad económica —y tras una baja significativa en la venta de huevos—, el enfoque productivo se ha ligado intrínsecamente a lo social y político, según Martín. Creyendo que el alimento no es una mercancía transable, han implementado una estrategia de venta combinada. Por ejemplo, venden el maple de huevo (a 8.500 pesos) acompañado por plantas de lechuga o acelga, asegurando que, si hay excedente de producción, este llegue a la comunidad. La semana próxima, planean acompañar los huevos con nueces.
Respecto a su ubicación, el predio se encuentra alquilado (con un contrato que aspiran extender a diez años) y se ubica justo donde se unen el asfalto y el camino de tierra en el centro de San Marcos. El nombre «La Budapest» fue elegido en honor a los caseros húngaros que residían allí previamente, uno proveniente de Buda y otro de Pest. Asimismo, Martín destacó que los dueños del campo (oriundos de Córdoba capital) merecen un reconocimiento, ya que han decidido no lotear el terreno, permitiendo que la producción siga adelante en una zona que sufre una burbuja inmobiliaria.
								
