Tradición Argentina: ¿radiografía de luchas o carnaval de volados sintéticos?

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El profesor Daniel Romero, experto en folklore nacional, advierte que la difusión actual de la tradición está marcada por la desvirtuación estética, el comercialismo y una histórica manipulación política, lo que impide conocer la «radiografía de los pueblos».

En el marco del Día de la Tradición, Daniel Romero, reconocido profesional con vasta trayectoria en el folklore argentino, planteó un debate crítico sobre lo que las nuevas generaciones están consumiendo y reproduciendo. Si bien la tradición se define como aquello que una generación transmite a otra, oralmente y por escrito, la visión predominante actual se limita a elementos superficiales como el locro o el mate.

Romero expresó su preocupación ante la proliferación de trajes estilizados y sintéticos que se ven en festejos y grupos de danza, los cuales carecen de proyección folclórica o rasgos nativos, asemejándose más a vestimentas de Panamá o Costa Rica. Esta representación incluye volados, colores vivos, y a veces, vestimentas con tintes eróticos inapropiadas para todas las edades.

El experto enfatizó que la falta de autenticidad es un síntoma de problemas más profundos, ya que «nuestro folklore ha sido manipulado políticamente en todas las épocas» afirmó Romero. Históricamente, se ha censurado la lucha del gaucho, pintándolo únicamente como alguien que come asado y baila rancheras. Además, en congresos docentes de los años 30 y 50, se eliminó la lengua gauchesca (como la palabra ijuna) para que «los chicos no hablen mal,» y se transformaron danzas con saludos franceses para borrar las esencias nativas.

Romero señaló la existencia de tradiciones que son ocultas y que nunca serán difundidas por los gobiernos. Entre ellas, mencionó los textos eróticos del gaucho y la paisana del siglo XX, recopilados por Robert Lehmann-Nitsche, material que estuvo escondido por cien años. Esta tendencia a ocultar aspectos de nuestra historia se refleja incluso a nivel legislativo, donde la ley nacional de folklore, planteada en 2017, fue cajoneada y perdió fuerza legal.

En su opinión, el problema radica en que a ningún gobierno le resulta conveniente que se conozca la «radiografía de los pueblos» y sus verdaderas luchas. El desafío actual es que existe una baja masa de consumidores de «buen folklore» que prefieren el producto comercial. Además, muchos profesores de danzas folclóricas actúan meramente como reproductores de la forma coreográfica exitosa de los concursos y no como intelectuales que analizan a fondo las tradiciones.

Romero concluyó su intervención recordando que, a pesar de las dificultades, es vital seguir difundiendo las raíces, haciendo posible que las bariadas populares conozcan la música de Piazzolla y Atahualpa Yupanqui, además de su cuarteto.

Daniel Romero en La Hora de las Villas y los Barrios.

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