Alerta por arsénico en el agua: un estudio advierte sobre niveles peligrosos en siete localidades de Córdoba

El ITBA detectó altos niveles de arsénico en aguas subterráneas de varias provincias. Con más de 350 muestras analizadas, estiman que más de 4 millones de personas podrían estar expuestas.
agua potable

El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) relanzó su herramienta de monitoreo de arsénico en el agua y encendió una nueva alerta sanitaria en distintas regiones del país. Según los resultados obtenidos hasta el momento, las aguas subterráneas de Argentina presentan niveles elevados de arsénico que podrían afectar a más de 4 millones de habitantes, una cifra que preocupa a especialistas y autoridades sanitarias.

La iniciativa, que depende en gran parte de la participación ciudadana, ya recolectó más de 350 muestras enviadas por vecinos de diferentes provincias. A partir del análisis de esas muestras, el ITBA detectó niveles de esta sustancia tóxica para consumo humano que en varios sectores superan los valores considerados seguros por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que expone una problemática histórica que sigue vigente y que requiere datos actualizados para dimensionar su alcance real. Los resultados se presentan en un mapa interactivo elaborado por el Instituto, en el que cada muestra se clasifica según su nivel de riesgo: verde para el agua segura, amarillo para las zonas en alerta por posibles enfermedades asociadas y rojo para aquellos lugares donde el agua no es apta para beber ni cocinar. Esta clasificación permite observar, de forma sencilla, las áreas donde el arsénico representa una amenaza concreta para la salud pública.

El consumo prolongado y sostenido de arsénico puede generar graves consecuencias en la salud. Entre las patologías asociadas se encuentra el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), un cuadro clínico provocado por la exposición persistente a este contaminante. Sin tratamiento adecuado, el HACRE puede derivar en enfermedades como cáncer de pulmón, cáncer de laringe, tos crónica y persistente, lesiones cutáneas y fibrosis pulmonar, entre otras afecciones que afectan la calidad de vida y elevan drásticamente los riesgos sanitarios en las comunidades expuestas. Si bien el mapa elaborado por el ITBA depende de las muestras voluntarias enviadas por vecinos, un factor que dificulta obtener una panorámica exacta del país, los datos disponibles ya permiten detectar zonas de preocupación. Tanto Córdoba como Buenos Aires aparecen con numerosos puntos rojos, lo que indica niveles de arsénico que superan los límites seguros para el consumo humano.

En la provincia de Buenos Aires, al menos 16 municipios presentan valores por encima de lo permitido legalmente. Entre ellos se encuentran Escobar, General Rodríguez, Chivilcoy y Cañuelas, aunque el listado podría ser más amplio si se sumaran muestras provenientes de zonas donde aún no se realizaron análisis. El ITBA remarcó la importancia de que la ciudadanía siga participando del monitoreo para ampliar la base de datos y obtener un mapa más completo de la situación. Quienes deseen colaborar deben completar un formulario disponible en el sitio web de Mapa Arsénico Argentina y luego acercar la muestra en una botella plástica pequeña a la sede del LIQMA, ubicada en Iguazú 341, en la Ciudad de Buenos Aires, de lunes a viernes de 8 a 18.

El Dr. Jorge Stripeikis, Director del Departamento de Ciencias Exactas y Naturales del ITBA, explicó que el objetivo de esta iniciativa es “aportar datos valiosos que ayuden a la toma de decisiones proactivas en una de las principales problemáticas de la comunidad, que es el acceso a una fuente de agua segura”. También aclaró que, aunque el arsénico puede originarse por actividades humanas como la minería, en Argentina su presencia en el agua se debe mayoritariamente a procesos naturales ocurridos hace millones de años durante la formación de la Cordillera de los Andes.

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