Bosquizar: dos décadas de lucha por el bosque nativo cordobés y andino

La Fundación Bosquizar impulsa la reforestación intensiva de especies clave como el tabaquillo y convoca a la comunidad a sumarse a las jornadas de voluntariado ante la drástica caída de aportes económicos internacionales.
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La Fundación Bosquizar, un grupo compuesto por voluntarios profesionales y entusiastas de la naturaleza, inició su camino de restauración y reforestación ambiental en la sierra de Córdoba allá por el año 1997. Sus objetivos fundamentales incluyen mantener el buen funcionamiento de los ecosistemas de montaña de Córdoba, asegurando que sigan brindando los servicios básicos y fundamentales que proveen, y promover la integración de conocimientos para un uso sustentable de la zona.

Con una trayectoria sólida, la fundación ha logrado plantar más de 700.000 árboles en los últimos años, y desde 2020 han plantado un promedio de más de 100.000 árboles anuales. La organización estima que pronto alcanzarán las 950.000 especies plantadas (actualmente producidas, pero aún no en tierra).

Actualmente, Bosquizar está inmersa en la restauración de 80 hectáreas en el área conocida como Los Cajones, en la Pampa de Achala, Córdoba, proceso iniciado en septiembre de 2012. Además, colaboran en la protección de 3.000 hectáreas de bosques nativos en la reserva Los Hornillos. Si bien se concentran en Córdoba, también trabajan en otras regiones, como la Puna Jujeña, donde este año proyectan plantar 40.000 árboles de tabaquillo.

El árbol protagonista de su labor es el tabaquillo (género Polylepis, que abarca 48 especies), también conocido como queña o jaracandillo en otros países andinos. Este árbol es característico de la zona andina, y su presencia en la parte alta de Córdoba —muy parecida a los Andes— es vital, pues es de donde nacen todos los ríos de la provincia. La fundación trabaja en conjunto con «Acción Andina», una red de 18 o 19 socios en toda Sudamérica, desde Colombia hasta Argentina.

A pesar de la magnitud de su labor, la fundación enfrenta serios desafíos económicos: los aportes internacionales, que solían representar el 40% de sus ingresos, cayeron al 10% y hoy son cero, mientras que los aportes de la nación son inexistentes. El presidente de la fundación, Suárez, atribuye esto a una nueva ideología internacional que impone la idea de que los problemas ambientales son menores y que a los bosques hay que usarlos, una postura que la fundación rechaza si implica hacer desaparecer el ecosistema.

Para continuar la lucha, Bosquizar convoca a la comunidad a participar en sus jornadas de voluntariado, que suelen concentrarse en noviembre, diciembre y enero, aprovechando el clima más templado y las lluvias necesarias para la siembra. Además de plantar, los voluntarios ayudan en tareas como la reparación de alambrados para proteger los árboles jóvenes del ganado. La colaboración también puede realizarse mediante suscripciones mensuales.

Los interesados en participar pueden encontrar toda la información y puntos de contacto (teléfono, WhatsApp, correo electrónico, Facebook e Instagram) a través de la página web de la Fundación Bosquizar.

Escucha la nota completa con Ricardo Suarez aquí:

La Hora de las Villas y los Barrios. Lunes a viernes de 15:30 a 18:00, con «Perla» Flores.

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