La dificultad para dormir es un problema común ligado a la ansiedad, el estrés, el consumo de cafeína o trastornos como la apnea e insomnio, pero implementar hábitos sencillos es clave para mejorar la calidad de vida y prevenir problemas de salud.
Por Angie Zabala.
El sueño, una necesidad biológica fundamental, puede verse obstaculizado por diversos factores, incluyendo la ansiedad o el estrés, dolencias corporales, problemas de salud como la acidez estomacal o el asma, el uso de medicamentos, el consumo de cafeína, alcohol y otras drogas, y trastornos del sueño como la apnea o el insomnio. Un buen sueño reparador es fundamental para la salud y el bienestar, mejorando la calidad de vida y previniendo problemas de salud.
Para mejorar la calidad del sueño, se aconseja implementar los siguientes hábitos: Programar la actividad física para el comienzo del día, Crear un ambiente cómodo para dormir, oscuro y silencioso, Dormir siempre a la misma hora, Evitar el consumo de bebidas con cafeína al final del día, Limitar la duración de las siestas diurnas, No comer mucho antes de dormir y Evitar usar la computadora, teléfono o televisión antes de dormir. También se sugiere dejar de fumar y tomar alcohol con moderación.
Es importante consultar a un médico si la dificultad para dormir se vuelve regular y afecta el rendimiento del día siguiente. Algunos síntomas que indican un trastorno del sueño incluyen la dificultad para dormirse o despertarse, cansancio después de dormir, sueño excesivo durante el día, ronquidos fuertes o la presencia de pausas en la respiración mientras se duerme.

