Este martes finalizó la campaña 2025 del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en el predio del excentro clandestino de detención La Perla, donde desde septiembre se registraron hallazgos de restos óseos que podrían pertenecer a personas desaparecidas durante la última dictadura militar. “Cada palmo de tierra removida nos remueve el corazón”, expresaron las familias querellantes durante el acto de cierre, en una jornada marcada por la emoción y la memoria.
Las excavaciones lograron cubrir cerca del 60% del sector que se había proyectado inspeccionar durante esta etapa. El EAAF confirmó que las tareas se retomarán el año próximo, en una búsqueda que lleva décadas y que combina evidencia científica, testimonios de sobrevivientes y el impulso de familiares de víctimas. De las 14.000 hectáreas que integran el enorme predio de La Perla, el equipo decidió focalizarse en una zona de 10 hectáreas, seleccionada a partir de datos aportados por testigos y la causa judicial vigente.
El área trabajada se conoce como “Loma del torito”, señalada por familiares querellantes en la causa “NN y otro s/ homicidio agravado con ensañamiento y alevosía”, como un punto en el que militares habrían enterrado cuerpos de personas secuestradas. La investigación tramita en el Juzgado Federal Nº 3 de Córdoba, a cargo de Miguel Hugo Vaca Narvaja. El expediente tiene más de veinte años y se originó tras una denuncia impulsada por el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, bajo el nombre de “enterramientos clandestinos”.
El cierre formal de la campaña 2025 se realizó en el Espacio para la Memoria La Perla y contó con la presencia de representantes del EAAF, familiares de desaparecidos, integrantes de la Mesa de Derechos Humanos de Córdoba, Vaca Narvaja y autoridades provinciales, entre ellas la ministra de Desarrollo Humano, Liliana Montero. La misión contó con el apoyo del Gobierno de Córdoba, dependencias municipales, la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad Nacional de Villa María, que aportaron recursos y personal técnico especializado.
Durante la mañana, familiares querellantes recorrieron las excavaciones junto a geólogos y antropólogos. En un comunicado difundido luego del encuentro, describieron la intensidad del momento vivido: “Caminamos entre la tierra removida. Muchos lloramos. Sentimos alegría por haberlos encontrado y también una profunda tristeza”. En el mismo texto, remarcaron que “49 años después, estas lomas nos revelan certezas: que nuestros familiares están allí, cerca de La Perla, de donde los sacaron para matarlos, como lo dijeron sobrevivientes desde 1980”.
Las familias fueron contundentes en sus críticas hacia el Estado argentino, al considerar insuficientes los esfuerzos destinados a encontrar a los desaparecidos. “El ejército argentino siempre supo dónde estaban (y están): en terrenos de ellos. Con su silencio siguen manteniéndolos secuestrados. El Estado no los buscó lo suficiente”, sentenciaron.
Las tareas de prospección y excavación habían comenzado a mediados de septiembre y no tardaron en arrojar resultados. Menos de quince días después, la Justicia confirmó el hallazgo de restos óseos, entre ellos fragmentos de fémur, partes de cráneo y otros huesos humanos. El descubrimiento renovó las expectativas de las familias, que llevan casi 50 años buscando respuestas respecto al destino de sus seres queridos, víctimas de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura.
La Perla fue uno de los centros clandestinos de detención más grandes y operativos del interior del país. En 2015, ya se habían identificado restos de un grupo de estudiantes de medicina desaparecidos en 1975, hallados en la zona conocida como los hornos de Ochoa. Los nuevos hallazgos refuerzan la necesidad de continuar con la búsqueda sistemática en un predio que todavía guarda parte de la historia más dolorosa de la Argentina.
