La enfermedad silenciosa que debilita los huesos requiere una estrategia nutricional completa: descubra el rol crucial de la Vitamina K, el Magnesio y otros seis elementos vitales para mantener la salud ósea y prevenir fracturas.
Por Angie Zabala.
La osteoporosis, una enfermedad silenciosa que debilita los huesos e incrementa significativamente el riesgo de fracturas, demanda una atención nutricional que va más allá del tradicional enfoque en el calcio y la vitamina D. Para prevenir sus graves consecuencias, como la pérdida de movilidad, es fundamental incorporar otros nutrientes esenciales a la dieta.
Entre estos elementos clave, la Vitamina K destaca por su capacidad para ayudar a fijar el calcio en los huesos, lo que reduce el riesgo de fracturas. Se encuentra disponible en vegetales de hoja verde, aceites vegetales y fermentados. El Magnesio es igualmente esencial, ya que interviene en la absorción del calcio y la producción de vitamina D. Este mineral se puede obtener de frutos secos, semillas, legumbres y granos enteros.
Otros aliados para la salud ósea incluyen el Fósforo, que forma parte integral del tejido óseo, y la Vitamina C, que contribuye a la producción de colágeno y la absorción de minerales. Además, la Vitamina A es necesaria para el desarrollo y mantenimiento del tejido óseo, mientras que el Zinc participa activamente en la formación ósea y la actividad de los osteoblastos.
Para una prevención efectiva contra la osteoporosis, es vital mantener una dieta variada y equilibrada y realizar actividad física regular. También se recomienda evitar el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. Finalmente, consultar con un profesional de la salud sobre la posible necesidad de suplementos alimentarios es una medida preventiva importante.

