Estos 19 y 20 de diciembre de 2022 se cumplieron 21 años de la salida del gobierno de la Alianza, que encabezaba el radical Fernando de la Rúa, quien terminó abandonando la Casa Rosada en helicóptero tras dos años de gestión. Esos días estuvieron atravesados por un estallido social que fue reprimido en el marco de un Estado de sitio, dejando un saldo alrededor de 40 muertos, cientos de heridos, y 4000 detenidos en todo el país.
Si bien el país atravesaba una situación de recesión desde 1989, la crisis económica se agudizó, llegaba el fin de la Convertibilidad y la medida del «corralito» implementada por el ministro de Economía Domingo Cavallo, que limitó a 250 pesos/dólares la extracción de dinero en los bancos, escaló el malhumor social expresado en cacerolazos que se reiteraban cada noche.
En los barrios más pobres, se registraron múltiples saqueos a supermercados, almacenes y comercios de todo tipo. Como respuesta al estallido, De La Rúa anunció el 19 de diciembre de 2001, poco después de las 19 y mediante una cadena nacional, que había decidido “decretar el Estado de sitio para asegurar la ley, el orden y terminar con los incidentes”.
Acto seguido se registraron diferentes protestas a lo largo del país y una multitud se concentró esa noche en la Plaza de Mayo al grito de “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, consigna que se generalizó y se volvió uno de los lemas de ese tiempo convulsionado.
En un intento de controlar las manifestaciones y el caos social, el Gobierno desplegó a las fuerzas de seguridad, que reprimieron a quienes se habían movilizado. Tanto las protestas como la violencia policial se extendieron hasta la tarde del 20 de diciembre. Se calcula que durante la extensa jornada unas 39 personas fueron asesinadas en todo el país.
Durante la madrugada, una multitud se concentró en Palermo frente a la casa de Cavallo, quien a las 3 anunció su renuncia y que dejaría el país junto a su familia. En simultáneo, otro masivo grupo seguía en Plaza de Mayo, donde la Policía Federal reprimió con gases lacrimógenos.
A media mañana, las Madres fueron junto a militantes de derechos humanos y el grupo Quebracho, a la Plaza de Mayo, donde fueron reprimidos por la Policía Montada. Los periodistas y fotógrafos que se encontraban en el lugar intentaron hacer un escudo humano para evitar que las Madres salieran heridas.
Como saldo de la represión fueron asesinados en la ciudad de Buenos Aires Gastón Riva (31), Carlos Almirón (24), Diego Lamagna (27), Gustavo Benedetto (30), Jorge Cárdenas (52), Ruben Aredes (24) y Alberto Márquez (57). Los homicidios se concretaron en Plaza de Mayo, en Congreso y en las inmediaciones del Obelisco. El de Aredes se cometió en Ciudad Oculta, Villa Lugano.
En la provincia de Buenos Aires, se registraron los asesinatos de Diego Avila (24, Villa Fiorito); Julio Flores (15, Merlo); Ariel González (24, Pilar); Roberto Gramajo (19, Claypole); Pablo Guías (23, Almirante Brown); Víctor Ariel Enriquez (21, Almirante Brown); Cristian Legembre (20, Castelar); Damián Ramírez (14, Gregorio de Laferrere); Ariel Salas (30, Gregorio de Laferrere), José Vega (19, Moreno), Mariela Rosales (28, Lomas de Zamora) y Carlos Spinelli (25, Pablo Nogués).
En Santa Fe, las muertes de Graciela Acosta (35) en Villa Gobernador Gálvez y de Walter Campos (16), Juan Delgado (28), Yanina García (18), Ruben Pereyra (20), Claudio Lepratti (35), Sandra Ríos, Miguel Pacini (15) y Ricardo Villalba (16) en Rosario.
En Paraná, Entre Ríos, se concretaron los asesinatos de Romina Iturain (15), Rosa Paniagua (13) y de José Daniel Rodríguez (25). En Corrientes, Ramón Arapi (22) y Juan Alberto Torres (21). En Río Negro, Elvira Avaca (46). En Tucumán, Luis Fernández (27). En Córdoba, Sergio Miguel Ferreira (20), Sergio Pedernera (16) y David Moreno (13).
Renuncia de Fernando de la Rúa
A las 16, De la Rúa anunció por cadena nacional que no dejaría la Presidencia y, durante el mensaje que duró 11 minutos, convocó a un acuerdo para reformar la Constitución.
Se trató de una «última jugada» para recomponer la situación de su Gobierno. Pero poco después, recibió la llamada de los líderes del PJ, quienes consideraron que “ya era tarde” para probar con algo así.
Luego de no haber recibido apoyo ni por parte del radicalismo, ni del poder económico, redactó su renuncia de puño y letra, dirigida al presidente provisional del Senado, Ramón Puerta: «Confío en que mi decisión contribuirá a la paz social y a la continuidad institucional de la República».
Poco después de las 19, cuando ya la policía usaba balas de verdad contra los manifestantes, De la Rúa dejó la Casa Rosa y su gobierno, en el helicóptero presidencial.
El 21 de diciembre, por la mañana, concretó su última acción: derogó el Estado de sitio. A su salida, le sucedieron cinco presidentes en una semana. Finalmente, Eduardo Duhalde ocupó el sillón de Rivadavia hasta 2003, cuando Néstor Kirchner asumió como jefe de Estado.
Fuente: Página 12/Argentina.gov.ar/Archivo DIARIOJUNIO