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A 44 años del martirio de Wenceslao Pedernera, la fe como motor hacia un país con tierra para todos

Hoy, 25 de julio, se cumple un nuevo aniversario del martirio de Wenceslao Pedernera, de uno de los cuatro mártires riojanos, que llevaron adelante el proyecto colectivo representado por el Obispo Angelelli. Conversamos con Gabriela Peña, historiadora.

A 44 años de su martirio y para homenajearlo, estuvimos en comunicación con Gabriela Peña, historiadora que viene reconstruyendo desde hace tiempo la memoria de los mártires riojanos y en particular, de la vida de Wenceslao a partir de diversos testimonios de quienes lo conocieron.

Gabriela lo describe como una persona común y corriente, un trabajador y un hombre comprometido con su causa, que era la de los campesinos. Señala: “A simple vista no tenía nada de particular, pero a su vez si, su modo de vivir la fe”.

Comenta que si bien Wenceslao era católico, no era practicante y se inició en el camino de la religiosidad popular a instancias de su esposa Coca: “Tuvo una conversión personal radical, de un dia para el otro y radical también en el sentido de que fue de raíz.”

Sobre sus orígenes y su familia, Gabriela cuenta que vivían en el campo siendo una familia abocada a lo rural. En particular trabajaba en la producción de vinos en Mendoza y es allí cuando se empieza a sumar a lo que en ese momento era el Movimiento Rural Católico. 

Es así como da inicio a su militancia por la concientización y defensa del trabajo de los obreros rurales. Comenta Gabriela: “A través de esas personas conoce el proyecto de Monseñor Angelelli y decide ir con toda su familia a la rioja. Fue un acto realmente único.”

Hace referencia a las implicancias que esa decisión tuvo en sus vidas, siendo un antes y un después en el camino de la fe:

“Ellos en Mendoza tenían casa, trabajo, familia. Pero cuando se enamoraron del proyecto de Angelelli y de la iglesia riojana, radicalmente hicieron un cambio y se fueron a La rioja, a poner en práctica y perseguir su sueño: el de la tierra para todos, el de la tierra para quien la trabaja”

Señala también la profunda conexión que Wenceslao sostenía con la tierra, con las semillas y en eso, ancló su larga lucha.

 Valora además la relevancia que en ese entonces tuvo la Iglesia riojana, que a diferencia de Mendoza donde él radicaba, era una Iglesia que supo comprender las necesidades de la mayor parte de la población, ligada a la tierra el techo y el trabajo:

“La iglesia de La Rioja promovio el cooperativismo y el trabajo rural, la agrupación de la gente del campo,y también promovió la sindicalización. Muchos sindicatos fueron promovidos por la iglesia, de los trabajos vinculados a la gente más humilde. Porque la pastoral se sostenía con un oído en el evangelio y otro en el pueblo.”

Gabriela comenta que Wenceslao encontró ahí su camino y le dedicó su vida entera, comprendiendo que la vida en abundancia que Jesús describe, es que la gente pueda vivir dignamente.

Añade: “lo que más lo deslumbraba es la posibilidad de lo comunitario, de poder compartir el trabajo y los frutos del trabajo.”

Con su trayectoria, comenta Gabriela, Wenceslao supo ser semilla que al día de la fecha sigue dando frutos en quienes encuentran en la fe, el camino hacia un mundo más justo. 

Concluye la nota citando la única frase de Wenceslao Pedernera que está documentada:

“Cuando el estaba tirado en el piso de su casa herido de muerte, su mujer le preguntó: Wence ¿quien te hizo eso? Y él contestó, no lo se, pero ustedes no odien, perdonen.”

Podes escuchar el audio de la nota acá: