Arsénico en el agua: aclaraciones, riesgos reales y advertencias para Córdoba

La recomendación de evitar el consumo y el uso de agua para cocinar en siete localidades cordobesas generó preocupación en la provincia. Para comprender el alcance de esta advertencia y distinguir qué riesgos son reales, La Ranchada dialogó con el especialista Exequiel Di Tofino.
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Di Tofino, quien es docente, investigador y divulgador científico especializado en aguas y cuencas hídricas de Córdoba, comenzó aclarando que no todas las alarmas difundidas en los últimos días se corresponden con la situación concreta del arsénico en Córdoba. “Primero hay que hacer la aclaración: por ahí se están desviando algunas cuestiones vinculadas estrictamente a lo que es contaminación por arsénico”, señaló. Explicó que se trata de un mineral que aparece de manera natural en aguas subterráneas, no en las superficiales: “Generalmente son aguas arseniosas las aguas subterráneas, no las aguas superficiales”.

Según puntualizó, la mayor parte de la provincia —y particularmente la capital— se abastece de los lagos San Roque y Los Molinos, cuyas aguas no presentan niveles problemáticos de arsénico. “Sus contenidos de arsénico son prácticamente bajos, nulos, o con índices que no resultan problemáticos”, indicó. Ese mineral sí representa un problema histórico en localidades del sur provincial, donde la provisión incluye pozos “surgentes y semisurgentes, que sí tienen alta provisión de arsénico”.

Ante la consulta sobre las localidades señaladas en el reciente informe —Vicuña Mackenna, La Bulaya, Trucha, Villanueva, Villa María, La Playosa y sectores de la capital— Di Tofino remarcó que el arsénico no es la principal amenaza para Córdoba.

“Son otros los temas y las preocupaciones y los tipos de contaminantes que también vienen siendo un inconveniente desde hace bastante tiempo”, afirmó. En el caso de la ciudad capital, los riesgos están asociados al estado de los diques que abastecen a la población, especialmente al San Roque.

El especialista adelantó que, como cada año y agravado por el aumento de temperaturas, se intensificarán los “blooms” de algas y la presencia de toxinas naturales. “El problema ya son otro nivel de contaminantes: algas, cianófitas y todo lo que son las microcistinas, las toxinas vinculadas a estas algas, que son el verdadero inconveniente de todos los años”, explicó.

También mencionó vertidos clandestinos —“sobre todo en Carlos Paz, de residuos electrónicos”— que aportan nuevos contaminantes al lago. Y subrayó la necesidad de que las plantas potabilizadoras actualicen sus sistemas de tratamiento.

Di Tofino, que cada verano realiza divulgación sobre el estado del agua, afirmó que nunca recibió respuestas de las autoridades. “El silencio. Silencio total. Nada, silencio total”, respondió cuando se le preguntó por contactos con el gobierno provincial.

Atribuyó parte de la falta de acción a la reducción presupuestaria: “La reducción brutal de presupuesto… prácticamente nada. Ni siquiera un monitoreo regular”, advirtió. Según explicó, la escasez de fondos impide realizar análisis frecuentes y disponer de datos actualizados para evaluar la situación real de los lagos.

Consultado sobre qué pueden hacer las familias, Di Tofino pidió tomar ciertos recaudos, aunque advirtió que algunos métodos tienen limitaciones. “El hervor elimina agentes patógenos… pero no elimina las sustancias químicas, que son las toxinas”, explicó. Recomendó:

  • Consumir agua de red y, si es para infusiones o uso directo, hervirla.
  • Utilizar filtros comerciales y mantenerlos actualizados.
  • En caso de comprar agua mineral, asegurarse de que la marca tenga buenos procesos de tratamiento.
  • Usar cloro en gotas o hervido para la cocción, aunque estas medidas no actúan sobre compuestos químicos como las microcistinas.
  • Seguir de cerca informes, datos oficiales y divulgación científica sobre el estado de los diques.

Escuchá la nota completa con Exequiel Di Tofino acá:

LA DESPENSA. Lunes a viernes de 9 a 12hs, con Emilia Calderón

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