El Cementerio San Jerónimo es el epicentro de la «Fiesta de todos los muertos» por tercer o cuarto año consecutivo, ofreciendo desde un altar para mensajes y talleres filosóficos sobre el duelo, hasta una vibrante muestra de las ricas tradiciones peruanas y la participación activa de espacios culturales como La Piojera y la Feria Paseo Pueblo de la Toma.

La celebración de Todos los Muertos en Barrio Alberdi se erige como un punto de encuentro que aborda la muerte desde múltiples ángulos, sin cortes religiosos. El autor e historietista Nicolás Lepka participa del evento invitando a los asistentes a dejar mensajes a sus seres queridos en un altar dispuesto con lápices y papeles. Lepka, quien expone sus libros —incluyendo una obra reciente sobre la temática de la muerte desde un punto de vista antropológico y filosófico—, también ha organizado talleres junto a Pablo Carrizo para que el público cuente su perspectiva sobre la muerte, el duelo y la vida.
Estos talleres, realizados en librerías de Barrio General Paz, buscan volver lo que nos sucede más cotidiano, abordando la muerte desde el humor, lo poético, lo personal y lo social, ya que esta ocurre constantemente, incluso con objetos inanimados como un teléfono.

Paralelamente, la fiesta honra las tradiciones internacionales. En el puesto de Perú nos contaron que en ese país, las familias visitan los cementerios (como el de Nueva Esperanza, uno de los más grandes de Sudamérica) llevando las comidas que el difunto prefería, como ceviche, y la música que le gustaba (criolla o salsa). En la feria, ofrecen exquisiteces como Salchipapa, Causa Limeña con langostino, Arroz Chaufa (fusión de comida cantonesa con ingredientes locales) y Budín de Pan peruano, cuyo ingrediente secreto es el pisco.
El componente comunitario está fuertemente representado. Miriam, compañera militante de la ordenanza de cultura viva comunitaria, representa a La Piojera, colaborando con la organización de la fiesta. Aunque este año no trajeron programación temática referida al Día de los Muertos, están invitando a sus actividades paralelas, como obras de teatro y shows comunitarios.
Finalmente, la feria Paseo Pueblo de la Toma, que opera usualmente los sábados, se sumó al evento con hasta 45 o 50 puestos, ofreciendo una amplia variedad de productos que van desde moda circular y cosméticos, hasta juguetes y bizcochos de golosina, y extiende su horario hasta las 23 horas para la celebración.

								
