En el bloque del «Trabajo sin patrón» conversamos con Roxana Giménez, militante y trabajadora del Movimiento Barrios de Pie- UTEP, nos cuenta como vienen trabajando en la construcción de bloques de hormigón en Barrio Angelelli II. A pesar de las dificultades del contexto y de las medidas sanitarias dispuestas en toda la Argentina, volvieron a producir ante la necesidad de generar sus ingresos familiares.
En este espacio radial difundimos el trabajo de las diferentes ramas y unidades productivas que llevan adelante los trabajadores y trabajadoras de la economía popular. En esta oportunidad conocemos desde adentro la actividad de la rama de construcción en Angelelli II.
Rama de Construcción
«Estamos haciendo la construcción de bloques de hormigón con 11 compañeros. Habíamos arrancado cerca del 10 de marzo y pasó todo esto de la pandemia, así que aflojamos un poco pero largamos porque son compañeros que necesitan sustentar sus familias», expresó Roxana. En el marco de la pandemia trabajan 2 veces a la semana, los días miércoles y sábado; tomando todas las medidas de precaución.
Sus integrantes son vecinos y vecinas que por la llegada de la emergencia sanitaria vieron frenado su trabajo y tuvieron que buscar alternativas: «Son compañeros que vienen a cumplir horas al merendero, que no solo realizan la producción si no que participan en las actividades del merendero y comedor» . Cabe destacar que en gran parte son mujeres la que conforman la unidad productiva: «Son la que le ponen más garra», afirma Roxana dando cuenta del trabajo que a diario realizan las compañeras de las organizaciones sociales en los barrios.
Recursos
Para poder obtener recursos e invertir en la cuadrilla, Roxana nos comenta que llevan adelante otras acciones como la venta de empanadas. Con ese dinero logran comprar los materiales y seguir produciendo. Como muchas otras unidades productivas, hay una gran necesidad de herramientas de trabajo, en este caso una de las integrantes puso a disposición del colectivo una bloquera, limpiaron un lote que tenían en el barrio y comenzaron a organizarse y producir. Esperan continuar con la compra de herramientas: » de a poquito , con lo que hemos estado haciendo, para comprar una carretilla, una manguera , una pala».
Comercialización
La semana pasada pudieron concretar una venta grande de ladrillos por un valor de $11.000, nos comenta Roxana. Entre sus compradores están diferentes ferreterías y corralones. Y como herramientas de difusión utilizan las vías de Whatsapp y Facebook, a través de las cuales también han logrado varias ventas.
Producción
«El día miércoles hicieron 116 ladrillos» expresa Roxana dando cuenta de la capacidad productiva y las dificultades también de no poder desarrollar sus actividades normalmente y poder generar un mayor volumen de producción. A pesar de esto continúan: «lo que hicimos fue hacer bastante, y hacer ventas grandes. Ahora hay muchos encargos».
Situación del barrio
Roxana nos comenta que la realidad en el barrio es crítica: «Tenemos un merendero y cada vez hay mas gente desocupada. la construcción es unas de las áreas que cayo, por eso comenzamos hacer producciones propias».
Hay diversas experiencias de organización en torno al trabajo en las barriadas populares de Córdoba, bajo esta perspectiva del «Trabajo sin patrón», por eso es necesario que el Estado intervenga y acompañe con políticas públicas que fortalezcan y aseguren estos espacios productivos, que surgieron al calor de las crisis y las necesidades de las familias más humildes, pero que también reflejan otros modos de trabajo, de producción distintos a los capitalistas, verticales y de explotación.
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