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Cabina Barrial: visitamos Barrio 23 de abril y la Asociación Civil Ivana

Desde La Despensa, estuvimos en barrio 23 de abril dialogando con trabajadoras de la Asociación Civil Ivana y el Merendero Rincón de Luz, quienes nos contaron acerca de los proyectos y actividades que se ejecutan allí.

Soledad, una de las integrantes y referentes de la Asociación Civil Ivana, contó cómo se está desarrollando el 2025 en su lugar de trabajo: «Empezamos con el comedor donde se alimentan 225 personas, el merendero con 110 y el programa de salas cuna donde se asisten a 70 niños». Y sobre las otras actividades que deben retomarse mencionó el programa socioeducativo «con muchos adultos que tienen la intención de aprender a leer y escribir».

Al referirse a la dura situación económica que atraviesa el país aseguró «no estamos teniendo respuestas a nivel nacional para poder ampliar la cobertura a una mayor cantidad de personas». Además, Soledad hizo hincapié en la dificultad para conseguir empleo y en la quita de apoyo económico desde la nación a trabajadores discapacitados de la asociación. «La quita de programas como el Potenciar Trabajo nos perjudicó mucho, ya que teníamos muchas personas que trabajaban a través de esos proyectos», aseguró. Y sobre las personas que trabajan en la asociación indicó que «hay muchas ganas de trabajar por la comunidad y siempre tratamos de asistir a las familias, pero sin ayuda estatal se hace complicado».

Con respecto a otras carencias que están padeciendo los habitantes de barrio 23 de abril, Soledad dijo que hay numerosas familias que están necesitando medicamentos y otras que, ante el aumento de las tarifas de servicios públicos, están en la disyuntiva de «poder pagar la comida o pagar el servicio de electricidad».

Por su parte, también habló la «Seño Mabel», quien se encarga de colaborar en el proyecto socioeducativo. «Nos hemos puesto como meta que este año todo el barrio aprenda a leer y escribir», se esperanzó. Mabel es docente jubilada, quien luego de 33 años de trabajo, continúa enseñando como un servicio a su barrio y comunidad. «Estas personas tienen una necesidad de aprender y tienen todo su derecho, y si bien este año va a ser difícil, mientras haya alguien con ánimos de dar y colaborar será importante, más aún en este momento».

También hubo lugar para la palabra de Jesica, cocinera de la asociación, quien junto a María y Laura, se encarga de preparar la comida del comedor, el merendero y la sala cuna. «Tenemos unas 80 familias en el comedor y 120 chicos aproximadamente para el merendero», comentó. Finalmente, María, otra vecina del barrio, habló sobre la historia del mismo, dijo que está instalado hace ya más de 30 años y contó cómo fue creciendo a lo largo de los años.

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