Catorce personas murieron en las cárceles de Córdoba en lo que va del año, ocho de ellas fueron por falta de atención médica. Así denuncia Adriana Revol, integrante de la organización Anticarcelarixs Autoconvocadxs, mediante un comunicado difundido en Agencia Para La Libertad.Además, indicó que a las familias “sólo les han devuelto los cuerpos” y la Provincia “se deslinda de cualquier responsabilidad”.
Adriana Revol cuestiona la función de los médicos dentro de las cárceles y plantea rever esta situación.
“Lxs médicxs están muy ocupadxs jugando un rol de cuidadores de la seguridad. Ellxs son quienes recetan las medidas de sujeción. A un alto porcentaje de la población carcelaria, les administran psicofármacos, la mayoría toma los mismos y a la misma hora, todxs tienen la misma patología. A algunxs pacientes les tocar recibir un cóctel inyectable, un chaleco químico, que los dejan completamente drogadxs, no hacen nada en todo el día, sólo deambulan en los pabellones o en los calabozos. Estos psicofármacos tienen un alto grado de adicción.”
En este sentido, considera que “si esa es la tarea que les designa el servicio penitenciario, y el ministerio de justicia y derechos humanos, sería conveniente cambiar de ministerio. Que dependan del Ministerio de Salud“.
Sin dudas, dentro de las penitenciarias es imprescindible la prevención integral, que debe comenzar por una buena alimentación, un espacio digno de alojamiento, donde puedan caminar todos los días, y no sólo una hora a la semana como sucede en algunas cárceles. La atención de profesionales, especialistas, y sobre todo la asistencia médica completa.
Las muertes denunciadas por falta de atención médica fueron las siguientes
El siete de enero, muere Vaquel Abel Ezequiel a los treinta y siete años, en la prisión de Cruz del Eje. Tenía hipertensión y convulsiones, no tenía la atención médica necesaria.
En febrero, el dos, muere Elsa Patricia Medina a los sesenta y dos años, en la cárcel de Bouwer. Elsa tenía diabetes, una enfermedad crónica de esas que en las cárceles se vuelven mortales. No tuvo atención médica.
El veinte de febrero, en Bouwer, pierde su vida un pibe de veintiséis años, Luis Alberto Guevara. Luis tenía toxoplasmosis desde que nació. Estaba esperando un trasplante de hígado. No le permitieron recibir la medicación que llevaba la familia, y nunca lo atendió un médico. Hacía dos meses que estaba detenido.
El veintisiete de febrero en Cruz del Eje, en el módulo dos, Pedro Ramón González, de sesenta y seis años. Pedro se cayó de la última cucheta (nichos) de arriba, dos metros. Se golpeó la cabeza y el cuello, pero en ese penal falta hasta un collarín. Murió de pobre, murió de cárcel.
También en febrero muere un pibe de tuberculosis, Franco. En Cruz del Eje hubo epidemia de tuberculosis.
El seis de mayo, pierde la vida María del Carmen Oviedo, de sesenta años, detenida en Bouwer en el pabellón D1, alojada en el mismo pabellón que Elsa Medina, y también como a Elsa le faltó atención médica. Desde las tres de la mañana sus compañeras reclamaban que la atendieran, recién a las siete y media de la mañana la llevaron a enfermería, y allí quedó. El personal de salud del servicio penitenciario no pudo interpretar su fuerte dolor de pecho, espalda, dorsalgia, como síntoma de un infarto. Carmen murió esperando el traslado a un hospital. La llevaron al hospital Misericordia cuando ya estaba muerta, igual que a Elsa Medina.
El veinticuatro de julio pierde la vida Jesús Delfín Rueda, de setenta años, estaba preso en la cárcel de Cruz del Eje, fue operado de vesícula en el hospital Aurelio Crespo.
El veinticinco, muere Jorge Daniel Heredia, de sesenta y tres años. Estaba detenido en el complejo carcelario de Bouwer. Heredia hace más de un año que pedía le concedieran prisión domiciliaria por tener cáncer de laringe, con el tiempo la falta de una buena atención integral de la salud, sobre todo para estos casos, provocó que hiciera metástasis en los pulmones.
Fuente: El Resaltador