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FEMINISMO POPULAR

Celebramos el aniversario de la Casa de Mujeres y Disidencias de La Poderosa, en Barrio Yapeyú

El pasado lunes 14 de septiembre, desde La Casa de Mujeres y Disidencias, en Barrio Yapeyú, celebraron su primer año. Esta casa, es parte de la trama de organización popular de La Garganta Poderosa, surgió con el fin de acompañar y brindar contención a personas que sufren distintos tipos de violencias de género.

La Garganta Poderosa es una organización social que camina las diferentes barriadas de la Argentina con sus 114 asambleas villeras, una de ellas, es la de “El Yape” en la ciudad de Córdoba. Desde el año 2015 vecinas de barrio Yapeyú comenzaron a reunirse y a compartir aquellas cosas que las atravesaban. Entre problemáticas y propuestas colectivas, un 14 de septiembre del año 2019 inauguraron la casita de mujeres y disidencias.

En La Hora de Las Villas y Los Barrios, conversamos con Susana Záccaro, una de las integrantes de la Casa y del Frente de Géneros en Córdoba. Susana nos contaba que «ha sido mucho el trabajo que hemos venido haciendo con las compañeras a lo largo de estos años para poder tener nuestra casa, para inaugurarla y poder trabajar acá, en el barrio. Si bien no estamos en el mejor momento, poder sostenerla con todo lo que nos cuesta a nosotras de manera comunitaria, y ahora en este contexto de pandemia, que la verdad es mucho más complicado, que es inmenso el trabajo que hacemos y que es muy importante para nosotras poder sostenerlo».

La revolución será villera y feminista o no será.

«La revolución villera y feminista, es por ahí también, lo que es parte de nuestro comienzo, lo que nos costaba a las mujeres de las villas y de los barrios empobrecidos ser parte del feminismo en general. Entonces, en un momento entendíamos o nos hacían creer, que el feminismo era una cuestión de clase y que nosotras quedabamos muy afuera de ese feminismo».

«También fue como nos identificamos nosotras, en nuestros lugares donde vivimos y donde luchamos día a dia, y entender, que nuestra organizacion es barrial, es villera. Y, que nuestro feminismo, también es barrial y es villero, pero también nos une a todo el feminismo en general, y las luchas son compartidas, son las mismas violencias que nos atraviesan a todas, pero nos identificamos también con el feminismo villero por ser desde nuestros lugares, desde nuestros territorios que los habitamos todos los días. Nos costó mucho poder insertarnos también en el resto de la sociedad».

Importancia de identificar las violencias que venían sufriendo en el barrio.

«Nosotras teníamos muy poco alcance o muy poca llegada al momento de denunciar, cuando pedíamos ayuda policial en el barrio, o cuando teníamos que enfrentar las cosas que nos pasaban; no teníamos esa llegada a la justicia, por eso, más que discusión, fue identificar las violecnias que veníamos sufreindo. Para muchas mujeres de estas cosas antes nos se hablaba; entonces, fue encontranos, empezar a identificarnos, empezar a tejer esta red de mujeres, esta red de empoderamiento, esta red que nace desde el barrio para todas y por todas. Discutíamos que todas estábamos en la misma y que debíamos trabajar en conjunto para poder afrontar y salir de todas estas violencias que nos atraviesan».

Un Estado ausente en las villas y los barrios.

«Todo nuestro trabajo de la organización es autogestivo y comunitario. Todo los espacios que sostenemos lo hacemo de manera comunitaria, siendo consciente de que a muchos lugares el Estado no llega y que si el estado no llega, tenemos que ser nosotras y nosotros mismos quienes nos ponemos la camiseta para afrontar las diversas situaciones que nos atraviesan. En los barrios y las villas ha estado generalmente siempre ausente, es también una lucha nuestra, que seguimos llevando y que siempre seguimos tratando de establcer el diálogo con el Estado, de poder sentarnos a discustir nuestras necesidades, las políticas públicas que necesitamos, no solamente las de género, sino las políticas en general que necesitamos en nuestro barrio».

«Nosotras y nosotros no venimos a pelearnos con el Estado, sino a tratar de sentarnos, poder dialogar y trabajar en conjunto, porque solomanete asi, de manera comunitaria es como estamos sosteniendo con las vecinas nuestra casa hace un año; no llegamos porque no tenemos demasiados recursos, por eso apostamos a que el Estado llegue a nuestro barrio, a que reconozca nuestro trabajo, que somos las que cuidamos a un motón de vecinas y que de repente no tenemos a nadie que nos cuide, a nadie que nos garantice un monton de recursos que nos faltan».

«También, siempre intentamos tener esa llegada al Estado, poder sentarnos con el Ministerio de la Mujer para hablar, mostrar nuestro trabajo y que estén presentes, y no solamente nosotras de manera comunitaria, que es muy difícil sostener la situación así, pero somos consciente de la ausencia y la gravedad de la situacion, entonces lo hacemos, pero queremos la presencia del Estado en nuestro barrio y nuestros hogares».