Columna de Chaco Cine: Juan José Campanella, humor, vínculos y sentido de pertenencia en el cine argentino

En una nueva entrega de la columna Chaco Cine en Radio La Ranchada, se analizó la obra de uno de los directores más influyentes del cine contemporáneo nacional. Su mirada sobre los vínculos humanos, el peso de la memoria afectiva y una forma única de narrar que mezcla drama y humor.
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En la última edición de la columna Chaco Cine, se abordó la obra de Juan José Campanella, uno de los directores más reconocidos y populares del cine argentino actual. Con películas como El secreto de sus ojos, El hijo de la novia, Luna de Avellaneda, Metegol o El cuento de las comadrejas, Campanella construyó una filmografía marcada por personajes profundamente humanos, atravesados por vínculos, nostalgias y decisiones que los transforman.

“Todas las películas de Campanella tienen algo en común con el nuevo cine argentino: están protagonizadas por personas comunes, héroes o antihéroes cotidianos, con vidas normales, sin grandes fantasías. Lo extraordinario surge a partir de lo cotidiano”, se destacó durante la columna.

Un aspecto central de su obra es la transformación de sus personajes a partir de momentos de crisis. En El hijo de la novia, por ejemplo, Rafael (interpretado por Ricardo Darín, su actor más recurrente) es un hombre absorbido por el trabajo y desconectado de sus vínculos afectivos. La película da un giro cuando sufre un infarto que lo obliga a replantearse su vida. Lo mismo ocurre en Metegol, donde el protagonista –un chico tímido y sin grandes pretensiones– termina enfrentando al villano para defender a su pueblo.

El sentido de pertenencia es otro eje que atraviesa su cine. En Luna de Avellaneda, la lucha por no vender el club refleja una defensa de los afectos y la memoria colectiva. En El hijo de la novia, el restaurante familiar también encierra una fuerte carga emocional. Incluso aparece, como guiño, en El secreto de sus ojos con la recordada frase de Francella: “El tipo puede cambiar de todo, menos de pasión”.

En sus películas, el humor actúa como colchón emocional. Entre situaciones dramáticas, siempre aparece una ironía o un chiste para aflojar la tensión. “Eso me atrajo mucho de sus películas”, se comentó en la columna, señalando ejemplos como los personajes de Norma Aleandro o Francella, o las jergas y ocurrencias de los muñecos en Metegol.

Además, Campanella suele trabajar con un núcleo estable de actores y actrices, como Darín, Soledad Villamil, Eduardo Blanco o Norma Aleandro, a quienes logra llevar a registros profundos y entrañables. Blanco, en particular, destaca en papeles secundarios donde combina ternura, comicidad e ironía.

Se recordó también que El secreto de sus ojos es una adaptación de la novela La pregunta de sus ojos de Eduardo Sacheri, y que es una de las dos películas argentinas que ganaron el Oscar a Mejor Película Extranjera (la otra es La historia oficial). Un dato que conecta también a Héctor Alterio y Norma Aleandro, presentes en ambas historias.

La columna cerró con una reflexión sobre el legado de Campanella: un cine que, sin dejar de entretener, nos obliga a mirar hacia adentro, a pensar en lo que nos define, en lo que no queremos perder, en los vínculos que construimos y las decisiones que nos cambian para siempre.

Escuchá la columna de Chaco Cine acá:

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