El 38° Encuentro Plurinacional, realizado este fin de semana en Corrientes, dejó como una de sus principales definiciones la elección de Córdoba como sede para la edición del próximo año. La decisión surgió del tradicional aplausómetro popular que, como cada año, determina de manera participativa y horizontal el rumbo organizativo del evento. La capital correntina fue escenario de una convocatoria masiva que reunió a mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, intersex y personas no binarias provenientes de todas las provincias, además de representantes de otros países. Bajo la consigna “Con amor y payé”, miles de personas se movilizaron durante tres días en una edición cargada de actividades, talleres y expresiones culturales que reforzaron el espíritu federal, colectivo y autogestivo del Encuentro.
Las calles de Corrientes se llenaron de colores, música y consignas que volvieron a plantear los principales reclamos del movimiento feminista y de diversidades. Las manifestaciones incluyeron el pañuelazo verde en defensa de los derechos sexuales y reproductivos, una marcha de lesbianas, trans y disidencias y la histórica movilización del domingo, considerada el corazón del Encuentro. Allí, una multitud reclamó por políticas de género efectivas, mayor presupuesto, garantías de acceso a la justicia, respuestas ante la violencia machista y reconocimiento de derechos laborales, educativos y sociales para todos los colectivos. La comisión organizadora destacó la importancia de marchar “juntas y juntes, por las conquistas alcanzadas y por todas las injusticias que aún persisten”, resaltando el carácter diverso y poderoso del movimiento que sostiene el evento desde hace décadas.
Durante el fin de semana se desarrollaron más de cien talleres simultáneos que abordaron problemáticas de género, salud integral, educación, trabajo, derechos humanos, pueblos originarios, violencia institucional, maternidades, diversidad corporal, acceso a la justicia y múltiples temáticas que atraviesan las desigualdades actuales. Estos espacios de debate, trabajo y formación son considerados el corazón político del Encuentro, ya que permiten construir diagnósticos comunes y definir estrategias de acción colectiva para los territorios. La participación masiva en cada uno de estos talleres reafirmó el rol del evento como un espacio de aprendizaje, reflexión y activación social para miles de personas que lo consideran una instancia única de articulación y organización feminista.
La agenda cultural también tuvo un rol central, con peñas, ferias, presentaciones artísticas, intervenciones performáticas y acciones simbólicas que acompañaron el recorrido del Encuentro por la capital correntina. Estas propuestas reforzaron el vínculo comunitario y la dimensión festiva que caracteriza al evento, al tiempo que permiten visibilizar producciones culturales de distintos puntos del país. El cierre del Encuentro, realizado el lunes 24, definió a Córdoba como la próxima sede. La elección fue celebrada por numerosas delegaciones que destacaron el crecimiento del movimiento en esa provincia y la importancia de llevar el evento a un territorio atravesado por profundas discusiones político-sociales vinculadas a derechos, justicia, ambiente y género.
Entre las voces que resonaron durante el fin de semana estuvo la de la ex presidenta Cristina Fernández, quien envió un mensaje que se difundió el domingo. En su intervención, expresó que “no soy la única que está privada de su libertad; la libertad no es solo poder caminar por la calle”, y afirmó que el país atraviesa un momento crítico. “Hoy no estamos viviendo en una Argentina libre, sino en un país endeudado e hipotecado donde no se puede decidir nada”, manifestó. También llamó a recuperar la esperanza colectiva, señalando que “nadie te regala una vida mejor” y que los cambios requieren de esfuerzo individual puesto al servicio de un proyecto común. “Debemos convencer al resto de los argentinos de que se merecen vivir mejor. Nadie se salva solo”, concluyó.

