Cristina Kirchner: “Estar presa es un certificado de dignidad”

En un multitudinario acto por el Día de la Resistencia Peronista, la expresidenta desafió a la Corte Suprema ante la inminencia de una posible detención. Con fuerte respaldo militante y la presencia de Axel Kicillof, acusó a la Justicia de responder al poder económico y llamó a reorganizar al peronismo para enfrentar el “inevitable fracaso” del actual gobierno.
CFK

En un encendido acto militante por el Día de la Resistencia Peronista, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a colocarse en el centro de la escena política nacional con un discurso desafiante ante miles de seguidores congregados frente a la sede nacional del Partido Justicialista. Con el gobernador bonaerense Axel Kicillof en primera fila —dejando de lado momentáneamente sus diferencias con la conducción kirchnerista— y junto a figuras como la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, la líder del peronismo dejó definiciones políticas cargadas de tensión, advertencias sobre el rumbo del país y una fuerte denuncia de persecución judicial. “Estar presa es un certificado de dignidad cuando determinados personajes caminan libres por la calle”, sentenció Cristina, en alusión directa al macrismo y al entramado judicial que, según sus palabras, busca proscribirla e inhabilitarla políticamente.

El acto, marcado por una masiva movilización de la militancia peronista, se dio en un contexto especialmente álgido: mientras la Corte Suprema se encuentra a punto de emitir una resolución que podría habilitar su detención y su exclusión electoral, el kirchnerismo mostró músculo en la calle. Cristina no evitó referirse al tema. Por el contrario, lo hizo con la contundencia de quien ya asume la posibilidad de ser arrestada: “Posiblemente algunos crean que pueden derrotarnos o humillarnos a partir de esto”, expresó, para luego afirmar que “estar presa” frente a la impunidad de quienes endeudaron el país, organizaron mesas judiciales o protagonizaron escándalos de corrupción, “es un acto de dignidad”.

Lejos de mostrarse debilitada, la expresidenta llamó a la dirigencia peronista a prepararse para lo que consideró un inevitable fracaso del actual gobierno nacional, al que calificó como “un cachivache”. En esa línea, instó a construir una alternativa política como la del 2019, aunque reconoció que “no salió bien”. Con un tono épico y combativo, vaticinó que el pueblo “siempre regresa”, aunque lo haga con distintos nombres y formas, y aseguró que la historia demuestra que, ante las injusticias, “la organización popular y política necesariamente se va a producir”.

Durante su discurso, Cristina también reivindicó la resistencia histórica del peronismo. A 69 años de los fusilamientos de José León Suárez, se autodefinió como una “fusilada que vive”, enlazando el intento de asesinato que sufrió en 2022 con los hechos relatados por Rodolfo Walsh en Operación Masacre. En esa línea, apuntó contra lo que denominó la “derecha mafiosa”, a la que acusó de utilizar al Poder Judicial como herramienta de persecución, y cargó contra la Corte Suprema, a la que tildó de “guardia pretoriana del poder económico”.

Cristina Kirchner también abordó el rol de la unidad dentro del peronismo, y en una frase que pareció dirigida al kicillofismo, advirtió que “la unidad siempre y cuando el primero sea yo, así no se construye la unidad”. Llamó, en cambio, a reeditar una estrategia como la del 2019, que implicó “desprendimientos personales” y logró un triunfo electoral en condiciones adversas. Asimismo, recordó que en 2023, pese a las “dificultades extremas”, estuvieron “a solo dos puntos” de ganar nuevamente la presidencia.

La expresidenta cuestionó la narrativa sobre la “grieta” argentina, y señaló que no comenzó con Néstor Kirchner en 2003, sino con los fusilamientos y proscripciones de décadas anteriores. “La grieta la hicieron los gorilas fusilando a los que no pensaban como ellos”, aseveró, al tiempo que afirmó que su persecución busca “amedrentar” a todo el espacio opositor y colocar su cabeza “en una pica” como señal aleccionadora.

Lejos de ceder, Cristina Kirchner mostró un perfil combativo y resiliente, reivindicó su trayectoria, y se presentó como una figura que aún tiene la capacidad de ordenar al peronismo frente a un panorama incierto. Con la sombra de una eventual detención sobrevolando el escenario, dejó en claro que, más allá de su destino personal, su apuesta sigue siendo política y colectiva: preparar el terreno para cuando, según sus propias palabras, “este gobierno cachivache fracase” y sea necesario construir una nueva alternativa.

Scroll al inicio