El contexto desigual en la distribución de los recursos del estado, junto con la presión de las grandes empresas y sus canales de comunicación, hacen urgente la necesidad de defender la producciones locales informativas, artisticas y culturales.
Medios comunitarios y cooperativos, productoras audiovisuales, de teatro y música y bibliotecas populares realizaron en todo el país en las últimas semanas distintas actividades (como por ejemplo: «Evitemos el apagón cultural»).
El objetivo de estas actividades es que se trate el proyecto de ley que modifique y prorrogue las asignaciones específicas de los fondos para la cultura de nuestro país, las cuales vencen en diciembre de este año.
La lucha llevada adelante por les trabajadores del sector y artistas logró este martes 3 de mayo un paso más cuando obtuvo dictamen el proyecto de ley elaborado por el diputado del Frente de Todos Pablo Carro.
Dicho proyecto propone prorrogar hasta diciembre de 2072 las asignaciones específicas previstas para industrias e instituciones culturales de la Argentina. Con el dictamen obtenido, el proyecto de ley deberá tratarse próximamente en el recinto y las discusiones en la comisión son una muestra de lo que puede venir en la votación.
La Ley 27.432 es la que se busca reemplazar, la cual fue aprobada en 2017 junto a la reforma previsional de Cambiemos, en aquella recordada jornada con fuerte represión en las inmediaciones del Congreso Nacional.
Como decimos antes, esta norma establece la caducidad en diciembre de 2022 de varias asignaciones específicas, es decir, recaudación de tributos que deben ir destinados a objetivos concretos para promocionar determinadas actividades.
Entre ellas, se encuentran todas las contempladas en la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, que abarcan a los Institutos del Cine, el Teatro, la Música, la Defensoría del Público y los Fondos de Fomento para proyectos y medios comunitarios.
Cabe destacar que, el desfinanciamiento de los institutos autárquicos nacionales de promoción cultural (cine, música, bibliotecas, comunicación, etc) afectará a nuestra soberanía cultural y limitará aún más a la producción de las culturas populares que surgen por fuera de la lógica de los mercados.
Los fondos son un sostén fundamental para la cultura y el arte en nuestro país, ya que estos ámbitos productivos no tienen una asignación presupuestaria anual. De aprobarse la reforma, pasarían a depender de los presupuestos asignados por los gobiernos y deberan ser aprobados por el Congreso año a año. El vaciamiento artístico-cultural es reversible y la lucha debe seguir construyendosé en la calle.