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Dejar de discutir la pobreza y comenzar a discutir la riqueza

“Para darle un poco a los que no tienen nada, queremos hacerle ganar un poquito menos a los que tienen todo.” Juan Carlos Alderete, Diputado Nacional por el Frente de Todos, Presidente del Partido del Trabajo y del Pueblo (PTP) y Coordinador Nacional de los Desocupados y Precarizados de la Corriente Clasista y Combativa (CCC).

La crisis social y económica incrementada por la pandemia del Covid-19, ha llevado a dar diferentes discusiones en los sectores sociales. Se puso de manifiesto la profunda desigualdad existente entre los y las Argentinas, en sus condiciones de vida y acceso a derechos.

Ante esto, se vuelve necesario discutir el país que se viene en el después de la pandemia, para que este sea uno en el que no falte el plato de comida en ninguna casa.  Implica pensar y ejecutar un plan de redistribución de las riquezas, y poner el foco no tanto en los sectores que viven subsumidos en la pobreza, sino en aquellos que cuentan con patrimonios inconmensurables.

Para reflexionar sobre esto, conversamos con Glenda Henze, doctora y referente de la Corriente Clasista Combativa en Córdoba, UTEP. 

Señala que hoy más que nunca, en la emergencia social económica y sanitaria, es necesario que aquellos que siempre ganan y que nunca pierden pongan lo que corresponde. 

Frente al enorme esfuerzo del pueblo para enfrentar esta situación, es necesario concretar un proceso de redistribución de riquezas que ponga el foco en los poderosos de la Argentina: “tienen nombres y apellidos concretos en Argentina y en Córdoba en particular.”

Dice también: “no estamos hablando de castigo a las grandes empresas”, implica más bien a quienes en los últimos años han sido beneficiados por políticas neoliberales a costa del incremento desmedido de la pobreza.

Ejemplifica esto con las empresas de alimentos que, aún con el mundo parado, no dejaron de producir y que imponen precios internacionales a los productos: “pagamos los alimentos al valor que lo exportan y venden en Europa”, señala. Esto implica pagar los alimentos a precios altísimos, algo que se dificulta en general y más en un contexto tan adverso como el que se vive en los barrios populares.

Hace referencia a lo necesario que es una reforma impositiva estructural, y a lo difícil que es que la misma se implemente. Lo que se discute hoy es un único impuesto al puñado de empresarios que acumulan riquezas desmedidas, para crear un fondo solidario que garantice vidas más dignas. Sin embargo, señala, esto genera fuertes resistencias desde los poderosos de la Argentina por lo que “tiene que haber una decisión política desde el estado”.

Sobre la situación que se vive en Córdoba, señala: “hoy nos está costando la llegada de alimento, situación cada vez más desesperante en una provincia en la que forjamos alimentos.” 

A raíz de esto, hace énfasis en que se comprenda desde el gobierno provincial que enfrentar al Covid-19 no implica únicamente tener la vacuna o hacer el aislamiento, sino que tiene que ver también con las condiciones de vida, la alimentación y el acceso a servicios básicos como agua y cloacas que aún no están garantizados en gran parte de los barrios de Córdoba.

Frente a esto, señala, el gobierno Provincial recorta a los trabajadores suspendiendo los Programas de Empleo (PPP, PIP, XMI, PILA), ajustando las jubilaciones, y desde la Municipalidad, recortando los salarios a los y las trabajadoras municipales. Estas medidas, plantea, se llevaron adelante sin discusión previa con los trabajadores.

Si bien hay menos recaudación desde el Estado porque se paralizó la producción, dice, el recorte no puede y no debe estar dirigido a quienes menos tienen. Insite en la necesidad de que pongan aquellos que acumulan enormes riquezas en Córdoba: “se recorta al pueblo y no se recorta a los que en Córdoba hace muchos años se vienen enriqueciendo.”

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