“Nos conocimos en el curso de candidatos, cuando ingresamos”, contó Samira en diálogo con este medio. Desde entonces, comenzaron una relación y, con el tiempo, también empezaron los problemas. “Ya en 2022 tuvimos situaciones muy difíciles con el suboficial Martín Daniel Álvarez”, relató.
Según su testimonio, tras ser cambiada de destino, pudo trabajar durante dos años sin recibir sanciones ni llamados de atención, con calificaciones satisfactorias. Pero al regresar a un nuevo destino, la situación se volvió insostenible: “Me empezaron a hacer ejecutar o pasar al frente, me llamaban la atención delante de mis compañeros. Empecé a tener miedo. Cada vez que llegaba sabía que me iban a faltar el respeto”.
Samira denunció que sufrió amenazas verbales y situaciones de violencia psicológica: “Me escupió en la cara. Me decía que con una mano me iba a pegar y con la otra me iba a acariciar”.
Frente al hostigamiento constante, decidió pedir la baja voluntaria. Sin embargo, su intento de realizar una denuncia formal en la Oficina de Género de la Fuerza Aérea fue obstaculizado. “No me querían recibir. Me decían que necesitaba un turno. El 29 de abril intenté denunciar, pero me lo negaron. Me pusieron de guardia sabiendo que al otro día tenía un psicofísico y quería denunciar. Me descompuse, me faltaba el aire. Tengo pruebas de que ese día no estaba en condiciones”, aseguró.
La denuncia apunta a un accionar sistemático para impedir que se visibilicen las irregularidades internas. “No teníamos permitido ir de uniforme mientras otros sí. Nos sancionaban constantemente. Un día me pusieron tres sanciones seguidas”, detalló.
Actualmente, la pareja decidió hacer pública su situación. Presentaron un amparo solicitando su reincorporación y exigen que la Fuerza Aérea les otorgue una fecha para realizar el examen psicofísico que quedó pendiente. El expediente se encuentra en el Juzgado Federal Nº 2, pero según denuncian, “aún no ha habido avances”.
Además, Samira y Gonzalo son padres de una niña y un bebé de apenas un mes. A pesar de las dificultades, insisten en reclamar lo que consideran justo: “Queremos que se mueva nuestro expediente y poder reincorporarnos. No pedimos otra cosa”.
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