En lo alto de la precordillera de La Rioja, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, un equipo de paleontólogos argentinos descubrió el esqueleto casi completo de un dinosaurio que habitó la Tierra hace 230 millones de años, durante el Triásico Tardío, una de las etapas más tempranas y decisivas de la evolución de estos animales.
La nueva especie fue bautizada Huayracursor jaguensis, un nombre que combina el quechua y el latín: “huayra” significa viento, “cursor” significa corredor, y “jaguensis” hace referencia a Jagüé, la región riojana donde fue encontrado el fósil. Su denominación completa puede traducirse como “corredor del viento de Jagüé”, un homenaje tanto a su posible agilidad como al entorno agreste donde se produjo el hallazgo.
El descubrimiento fue liderado por un equipo del Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica de La Rioja (CRILAR-CONICET), que desde hace más de una década realiza exploraciones sistemáticas en la Quebrada de Santo Domingo, una zona remota, fría y azotada por los fuertes vientos andinos. Allí, los investigadores encontraron el fósil en un excelente estado de conservación, lo que permitirá analizar con detalle la anatomía y la evolución temprana de los dinosaurios.
Según explicó Martín Hechenleitner, paleontólogo del CONICET y parte del grupo responsable, “es uno de esos descubrimientos que no se dan a menudo”, debido al grado de completitud del esqueleto y al contexto geológico en el que fue hallado.
El Huayracursor jaguensis medía aproximadamente dos metros de largo y pesaba unos 18 kilos, lo que lo ubica entre los primeros dinosaurios medianos conocidos de su era. Dos rasgos lo distinguen especialmente de otros ejemplares de su tiempo:
por un lado, un cuello considerablemente más largo, y por otro, un tamaño mayor que el de la mayoría de sus contemporáneos. Estas características, según los científicos, podrían aportar información valiosa sobre las adaptaciones físicas y los hábitos de desplazamiento de las especies más primitivas del linaje dinosauriano.
Del fósil se logró recuperar una parte del cráneo, toda la columna vertebral, la cola y las extremidades delanteras y traseras, un material excepcionalmente completo para un espécimen de esa antigüedad. Este hallazgo brindará a los especialistas nuevas herramientas para estudiar la locomoción y el desarrollo evolutivo de los primeros dinosaurios que poblaron el planeta, mucho antes de la aparición de los grandes carnívoros y herbívoros del Jurásico.
El Triásico Tardío fue un período crucial en la historia de la Tierra, marcado por transformaciones geológicas y biológicas profundas. En ese tiempo, los primeros dinosaurios comenzaron a diversificarse, compartiendo el territorio con los ancestros de los mamíferos y otras especies que desaparecerían con el paso de las eras.