Este viernes, Diego Santilli recibió en la Casa Rosada al gobernador Sergio Ziliotto. El encuentro con el mandatario pampeano aparece como uno de los más relevantes dentro de una negociación que ya mostró sus límites. La visita ocurrió en un clima de creciente tensión: las provincias ya no ocultan su malestar y comenzaron a plantear abiertamente sus exigencias. Ziliotto llegó con un listado amplio que incluye deudas impagas, recortes en transferencias y retrasos que complican la elaboración de su presupuesto.
En Interior reconocen que esta ronda de conversaciones persigue un objetivo inmediato: asegurar el apoyo necesario para que el paquete de reformas del Gobierno, el Presupuesto 2026 y los proyectos tributarios y laborales avancen durante las sesiones extraordinarias. A esta altura, prácticamente todos los gobernadores pasaron por el despacho de Santilli, en un operativo que mezcla gestos políticos y discusiones técnicas sobre eventuales concesiones.
Mientras tanto, los mandatarios provinciales piden regularizar envíos de coparticipación, reactivar obra pública y actualizar partidas clave como las de educación, seguridad y cajas previsionales. Los distritos petroleros, por su parte, presionan para revisar retenciones y beneficios fiscales que consideran perjudiciales. Desde la Casa Rosada buscan administrar ese rompecabezas sin abrir un conflicto mayor.
Si bien Ziliotto fue uno de los que llegó con un tono más firme, no es el único. En las últimas semanas, gobernadores del centro y del sur se movieron en conjunto y dejaron en claro que no convalidarán las reformas sin avances concretos. Con presupuestos ajustados, pocos están dispuestos a aparecer cediendo recursos a cambio de una foto política.
El Gobierno necesita cerrar acuerdos antes de que se active el cronograma parlamentario. Si la reunión con el pampeano deja un entendimiento inicial y los próximos encuentros con Santa Fe y San Luis se encarrilan, el oficialismo podría llegar a las extraordinarias con margen político. Si el diálogo se traba, el paquete corre riesgo de transformarse en otro callejón legislativo.
En Balcarce 50 aseguran que la negociación sigue abierta, aunque todos reconocen que el tiempo es acotado. Lo que se acuerde en estos días definirá si las provincias recuperan protagonismo en la discusión nacional o si el Ejecutivo deberá recalcular su estrategia para evitar un choque anticipado con los gobernadores.
Por otra parte, Santilli y Jorge Macri se reunieron el jueves para avanzar en las conversaciones sobre la deuda por coparticipación que la Nación mantiene con la Ciudad de Buenos Aires, tema que desde el PRO vinculan directamente con el respaldo al Presupuesto 2026. También se discutieron las transferencias vinculadas a competencias penitenciarias, área donde el ministro del Interior prometió buscar alternativas.
El jefe de Gobierno calificó la reunión como «positiva». Tras el encuentro, dialogó con la prensa —incluido Ámbito— y subrayó que las conversaciones continúan: «Fue una muy buena reunión. Venimos trabajando bien. Estuvimos repasando muchos temas. La coparticipación es uno. Estamos trabajándolo para encontrar una posibilidad de que se pague lo que la Ciudad necesita, que nos fue quitado y que este Gobierno volvió a pagarnos», afirmó.

