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Doce mujeres trans abrirán por primera vez su propia casa: Neuquén

El proyecto fue impulsado por la monja Mónica Astorga y construido por la Provincia en el barrio Confluencia. Doce mujeres trans serán beneficiadas.

Doce mujeres trans tendrán mañana la oportunidad de abrir por primera vez sus propias casas. El gobierno provincial, a través del Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo del Neuquén (IPVU) llevó adelante hace casi tres años la construcción de 12 monoambientes en un predio ubicado en Boerr y Tronador en el barrio Confluencia, cedido por la Municipalidad, que se inaugurará mañana.

El predio fue cedido por el municipio a la congregación de las Carmelitas Descalzas de Neuquén, que tuvo a la hermana Mónica Astorga como impulsora de esta iniciativa.

Astorga explicó que las doce mujeres que ocuparán las viviendas tienen entre 40 y 60 años, “y fueron elegidas por su estado de extrema vulnerabilidad social”. “La elección no fue fácil porque la mayoría de las trans viven en lugares realmente inhumanos, en piecitas de tres por dos metros, sin cocina y pagando alquileres de más de 10 mil pesos”, expresó la religiosa quien desde hace más de quince años ayuda a estas mujeres a salir de la prostitución y de las adicciones, acceder a los derechos sociales básicos y a conseguir una fuente laboral.

La religiosa recordó que a lo largo de estos más de dos años tuvo que enfrentarse a una serie de críticas y obstáculos, incluso amenazas por vecinos de la zona que se negaban a que vivieran allí. “‘Cómo van a tener las trans una casa’ o ‘No se merecen tener un hogar’, decían quienes se opusieron al proyecto”, comentó Astorga.“Mucha gente está esperando el fracaso de este proyecto para seguir condenando a las trans. Ellas también merecen vivir en un lugar digno y no en piecitas realmente inhumanas”, dijo Mónica Astorga, de la congregación de Carmelitas Descalzas.

Aclaró que quienes habitarán las viviendas “firman un comodato como si se tratara de un alquiler pero no pagan nada y tienen la obligación de cumplir con las disposiciones que figuran en el reglamento de convivencia”. Además dijo que cuando una de las mujeres deje de ocupar su casa, por los motivos que fuera, quedará el lugar para que la habite otra que tenga la necesidad.

La religiosa destacó que haber concretado este ansiado proyecto “significa dar vida a estas personas y transformar sus vidas teniendo un lugar digno”.

“Estas mujeres durante mucho tiempo han vivido en la oscuridad por eso les digo que estas casas deben iluminarlas para sus compañeras y para que la sociedad pueda entender que también ellas merecen vivir con dignidad y merecen el respeto”, concluyó. «Puedo asegurar que es el colectivo más marginado, más maltratado en todo sentido», afirmó.

Astorga recordó que la idea de empezar a buscar viviendas para las mujeres trans surgió cuando conversando con una de ellas, Katy, le preguntó cuál era su sueño. «Ella me contestó que quería una cama limpia para morir», contó la religiosa.

El convenio entre el IPVU y el monasterio de las Carmelitas Descalzas fue firmado a fines de septiembre de 2017. «En la provincia de Neuquén tienen una expectativa de vida de 75 años y las mujeres de 82, mientras que las personas trans tienen una expectativa de vida de 40 años. Una de las causales es la falta de techo digno. Por eso esta obra es un acto de estricta justicia social, de igualdad de oportunidad y reparación histórica», expresó el gobernador Omar Gutiérrez el día de la firma del acuerdo.

«Para nosotras conseguir una vivienda con un plan habitacional era algo prácticamente imposible, porque no tenemos ingresos, somos todas pobres y este proyecto es nuestro sueño de tener un lugar donde vivir y pasar la vejez, porque tampoco tenemos acceso a cobertura previsional», explicó Luján Acuña, integrante de la asociación Vidas Escondidas, que nuclea a transexuales neuquinas.

Fuente: LM Neuquén