El Cuidado es un Derecho Humano: advierten profunda desigualdad de género y proponen la Economía Social como solución

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Tras conmemorarse el Día del Cuidado y el Apoyo, especialistas señalan que las mujeres y las identidades feminizadas dedican linealmente el doble de tiempo que los varones al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. La desigualdad constituye una barrera que dificulta la autonomía económica de las mujeres.

En la reflexión sobre la situación actual del cuidado, se subraya que las brechas de profunda desigualdad persisten, constituyendo barreras que asignan roles totalmente desiguales. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres realizan el 76% del trabajo de cuidado no remunerado.

Esta problemática se agrava debido a que acceder a cuidados especializados, especialmente para personas mayores o con alguna situación de invalidez, tiene un alto costo. Las condiciones de pobreza y vulnerabilidad implican una desigualdad superior, ya que las jubilaciones y pensiones guardan una distancia importante respecto a lo que se necesita para enfrentar los gastos de cuidados adecuados.

Expertos enfatizan la necesidad de trabajar fuertemente para entender el derecho al cuidado como un derecho humano y politizar ese concepto, instalándolo en la agenda pública y estatal. Existe un déficit generalizado en espacios que garanticen este derecho desde la primera infancia hasta las personas adultas mayores.

La respuesta colectiva y la profesionalización

Frente a este panorama, organizaciones como la Mutual Mugica y la Cooperativa de Cuidados Cuidarte Bien buscan realizar un aporte, enfocándose en la capacitación de quienes históricamente cuidan. Se plantea que el cuidado no siempre es amor, sino que es un trabajo, y actualmente las personas que realizan esta tarea suelen ser las peor remuneradas o recibir menor retribución.

El trabajo de cuidado tiene la particularidad de realizarse individualmente, lo que aumenta la probabilidad de que no sea reconocido o remunerado adecuadamente. Por ello, se impulsa la autogestión y la organización colectiva a través de cooperativas dentro de la economía social, solidaria y popular.

Mediante este modelo, se ofrecen propuestas de formación para la profesionalización de las cuidadoras, buscando mejorar la calidad del servicio. La estructura cooperativa permite a los asociados reunirse para decidir el valor de la hora de trabajo de forma más justa y ofrece apoyo mutuo. Por ejemplo, si una compañera se enferma, otra persona de la cooperativa cubre la prestación, lo que aumenta la probabilidad de conservar el trabajo y valida los derechos laborales que aún no están legalmente reconocidos en Argentina.

Finalmente, se advierte que la falta de legislación vigente y la tendencia a reprivatizar el cuidado, devolviéndolo al seno familiar bajo el plano del amor y la obligación (fundamentalmente de las mujeres), implica un perjuicio tremendo que genera un estancamiento en el avance de los derechos. Por ello, se llama a defender las políticas públicas y las organizaciones de la economía social que permiten encontrar respuestas colectivas a los problemas individuales.

Nora Landart, Vice Presidenta de FEMUCOR, en La Hora de las Villas y los Barrios.
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