Mariela Gutiérrez, enfermera de Argüello, coordina un proyecto que combina arte, ciencia y espiritualidad para la promoción de la salud mental, utilizando la psicología positiva y la inteligencia emocional como ejes centrales. La propuesta ambiciosa comenzará sus encuentros en el Salón Comunitario de Los 40 a partir del 5 de noviembre.
El proyecto «El Espiral Violeta» surge como una iniciativa comunitaria enfocada en el bienestar y la expresión del alma, buscando abordar la salud de manera integral: psicofísica, emocional y espiritual. Mariela Gutiérrez, reconocida por su trayectoria en el Centro de Salud 57 de Argüello, explicó que se trata de un enfoque basado en el arte terapia.
Esta técnica involucra actividades como dibujo, pintura, manualidades y expresión corporal, enfocándose en el proceso personal del participante, no necesariamente en sus habilidades artísticas. El objetivo primordial es la prevención y promoción de la salud mental, ya que se considera que toda enfermedad tiene un origen psicoemocional. Al expresar esas emociones y pensamientos acumulados, como la ansiedad, las tristezas o los pensamientos catastróficos, se busca evitar el daño a la salud.
El fundamento teórico del proyecto es robusto, basándose en la psicología positiva y la inteligencia emocional, además de incorporar aportes de la psicología humanista y tendencias modernas como la epigenética, la neurociencia y la conciencia simbólica. La inteligencia emocional, por ejemplo, ayuda a identificar, comprender y regular las emociones propias y las de los demás, fomentando la empatía.
El proyecto subraya que el ser humano es un todo interconectado, y que es posible lograr una transformación personal con proyección hacia la familia y la comunidad. «El Espiral Violeta» es un símbolo universal de las culturas antiguas que representa el movimiento de la vida, la transformación y la evolución hacia una mejor versión de uno mismo. El color violeta simboliza la transmutación o cambio.
Los encuentros están pautados para comenzar el miércoles 5 de noviembre, repitiéndose todos los miércoles de 9 a 11 horas, en el galpón comunitario de los 40. El proyecto ha generado entusiasmo y ha atraído a voluntarios del barrio y zonas aledañas que se ofrecen a compartir conocimientos.


