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El hambre crece y las organizaciones populares demandan la llegada de alimentos a comedores y merenderos

La pandemia del COVID-19 incrementó la crisis social económica y sanitaria en la que se encuentra el país tras tres años de neoliberalismo. Quedó en evidencia lo abismalmente desiguales que son las condiciones en las que viven los y las argentinas. 

Ante esto, desde el Estado Nacional se vienen llevando adelante distintas políticas que buscan paliar los efectos de la crisis, sobre todo en los sectores más vulnerables. Sin embargo, estas medidas no son suficientes para garantizar las condiciones que permitan una vida digna, y el hambre crece en los barrios y villas del país.

Conversamos con Nicolás Caropresi, del Movimiento de Trabajadores Excluidos de la UTEP para conversar sobre el pedido que vienen haciendo desde las organizaciones populares para que lleguen los alimentos a los merenderos y comedores comunitarios.

En relación a esto señala: la burocracia del estado no está a la altura de la celeridad y la emergencia que estamos afrontando con el tema alimentario en el país”. Plantea que el gobierno se encuentra hoy varios escalones atrás en la respuesta a la falta de  alimentos y que esto se vuelve alarmante por tratarse de una necesidad básica que hoy, y como hace varios años, se hace sentir: “El hambre es un  problema mucho antes de la pandemia. Veníamos insistiendo con la emergencia alimentaria desde mediados del 2019.”

“Entramos en tensión con un gobierno recién asumido que esperanzó a varios compañeros, pero que le está costando dar respuestas que estén a la altura de las circunstancias”. Señala, en concordancia con lo dicho, que esto tiene que ver también con la  falta de voluntad del sector privado capitalista, que aprovechan la oportunidad para especular con los precios frente al estado.  “Al Estado le cuesta dejar de hacerse cargo de las mirada despectivas de cierta parte de la sociedad y  apretar a los sectores concentrados del capital”, dice Caropresi.

Ante esta situación alarmante en los barrios y villas, las organizaciones del campo popular vienen trabajando en la construcción de diferentes propuestas que permitan garantizar los derechos básicos a todos y todas las argentinas. La discusión por los alimentos, insiste también en repensar el sistema de producción de los mismos, además de su calidad nutritiva y esto implica notar que “hay toda una red esclavizante alrededor de la producción de alimentos”.

Ante esto, señala Nicolás,  las cooperativas de pequeños productores muestran una nueva forma de producción, que se aleja del uso de químicos y por ende cuida la salud, y que brinda precios más baratos que permiten incrementar alimentos vitamínicos y proteicos en las dietas de los comedores.

Es necesario, plantea, que el Estado de lugar a estas otras formas de producir, que no se basan en la especulación ni en modelos extractivistas, sino que tienen como pilar la soberanía alimentaria y la solidaridad del pueblo. 

Además señala la importancia de que el Estado puede reconocer y fortalecer los trabajos que se vienen sosteniendo en las barriadas, que son los que permiten que efectivamente la gente pueda comer. Y en esto, los comedores y merenderos cobran especial relevancia, sobre todo en el último tiempo. Lo que amerita, señala, que el gobierno pueda garantizar la llegada de los alimentos a los mismos: “hay un prejuicio que logró establecer el macrismo en estos años, de saltear a las organizaciones y que el alimento llegue del estado a cada individuo, y no ven que en los comedores se hace rendir mucho más lo poco que llega.”

Insite Caropresi, “hay problemas económicos, burocráticos, administrativos y de falta de decisión de algunos funcionarios. Por eso pensemos y fortalezcamos lo que está funcionando, porque es hoy lo unico q esta ayudando a los vecinos a comer”.

Escucha la entrevista completa aca: