El histórico quebracho blanco de Villa Allende muestra deterioro tras su reubicación

El árbol de casi 300 años trasladado por la Municipalidad de Villa Allende para ampliar la Av. Padre Luchesse presenta pérdida de follaje y daños en las raíces, según un nuevo informe técnico.
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El quebracho blanco de Villa Allende, un ejemplar de casi tres siglos de vida, comenzó a mostrar claros signos de deterioro tras haber sido removido y reubicado por la Municipalidad para permitir la ampliación de la Avenida Padre Luchesse. El árbol, considerado un símbolo histórico y ecológico de la región, parece no haber resistido el traumático proceso de traslado que generó un amplio rechazo entre vecinos y organizaciones ambientales.

Durante la semana pasada, funcionarios municipales realizaron una aparición pública para asegurar que el árbol se encontraba en “buena salud” y así contrarrestar las críticas de quienes durante meses se opusieron a su remoción. Sin embargo, un informe técnico independiente elaborado por especialistas contradice esa versión oficial y confirma el deterioro progresivo del ejemplar.

El estudio fue realizado por Ana Ruth Meehan, ingeniera agrónoma y docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), quien cuenta con más de cuatro décadas de experiencia profesional. En su diagnóstico, la especialista asegura que, “contrariamente a lo que informa la Municipalidad de Villa Allende, el árbol no presenta signos de vitalidad”, y advirtió que las condiciones actuales del ejemplar podrían derivar en su muerte en el corto plazo si no se adoptan medidas urgentes.

El informe técnico detalla una pérdida evidente de follaje, la presencia de hojas secas en el suelo y la ausencia de brotes nuevos, todos indicadores de un proceso lento de defoliación. Además, se observan ramas basales sin hojas y sin signos de regeneración, así como un opacamiento general del follaje, posiblemente vinculado a daños en el sistema radicular provocados por la reubicación.

Según Meehan, estas señales son concluyentes: el árbol no está logrando adaptarse a su nuevo entorno. “La diferencia con otros quebrachos de la zona es notoria: mientras algunos ya muestran hojas verdes y comienzan su preparación para la floración, este ejemplar permanece apagado y sin actividad vital visible”, explica el documento difundido por la profesional.

Desde la Comunidad Organizada del Quebracho, agrupación de vecinos y ambientalistas que encabezó la resistencia al traslado, advirtieron que las recientes declaraciones de funcionarios “desinforman a la comunidad y buscan minimizar una problemática evidente”. A su vez, remarcaron que la reubicación fue una decisión inconsulta y arbitraria, tomada sin respetar las advertencias técnicas que señalaban los riesgos irreversibles de intervenir un ejemplar de esa magnitud y antigüedad.

El quebracho blanco, una especie nativa de la región chaqueña que se extiende por el centro y norte del país, había permanecido en el mismo sitio por cerca de 284 años. Su traslado, realizado en marzo de este año, fue objeto de fuertes cuestionamientos sociales y científicos. Diversos informes previos coincidían en que las probabilidades de que el árbol sobreviviera a la operación eran extremadamente bajas, debido a la complejidad del sistema de raíces y a la fragilidad estructural que un ejemplar de esa edad presenta frente a un cambio de suelo.

No es ninguna sorpresa que el árbol esté en riesgo, ya que la comunidad científica lo advirtió reiteradamente”, señalaron los integrantes del colectivo ambiental. Durante meses, vecinos autoconvocados realizaron movilizaciones, vigilias y campañas de concientización para evitar que se concretara la remoción, pero la Municipalidad avanzó con las obras de ampliación vial, priorizando el proyecto urbano por sobre la preservación del patrimonio natural.

El traslado del quebracho fue ejecutado mediante un operativo de gran envergadura, que implicó la utilización de maquinaria pesada y el corte de varias calles. En aquel momento, funcionarios municipales defendieron la maniobra alegando que se trataba de una “relocalización planificada” que garantizaría la conservación del árbol. Sin embargo, el reciente informe de Meehan desmiente esa versión y demuestra que la intervención no respetó las condiciones necesarias para la supervivencia de un ejemplar de esa edad.

A medida que pasan las semanas, el deterioro del árbol se hace cada vez más visible, con follaje seco, ramas desnudas y una pérdida notoria de color. La comunidad local teme que el histórico quebracho blanco, que fue testigo del desarrollo de Villa Allende desde tiempos coloniales, no logre sobrevivir al cambio de lugar.

Las organizaciones sociales reiteraron su pedido para que se implementen medidas de rescate y monitoreo técnico permanente, y exigieron que la Municipalidad rinda cuentas por las decisiones adoptadas y los posibles daños ambientales causados por la obra.

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