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El observatorio de género de CAM recomienda acciones para inequidades en la distribución de tareas de cuidado

CAM

A partir de un relevamiento realizado durante el mes de octubre entre trabajadoras y trabajadores de entidades mutuales, el Observatorio de la Secretaría de Equidad de Género de CAM, puso cifras concretas a las realidades del personal mutual en cuanto a la manera en que se distribuyen las tareas de cuidado, y mostró también, la capacidad de respuesta que tuvieron las entidades para sostener el servicio y contener a su personal en el marco de la crisis sanitaria generada por la Pandemia.

Los números presentados por el informe reflejan con claridad la importancia de trabajar en el marco de modelos solidarios en los que la empatía, la comprensión, la contención y la solidaridad, hacen la diferencia en medio de una situación crítica, pero también en la vida cotidiana.

“Entendemos los cuidados, como una responsabilidad social y colectiva, en la que nuestras organizaciones también están comprendidas”, afirma en su prefacio el documento final que presenta los números del relevamiento. Es por esto que sus últimas líneas albergan recomendaciones para mejorar la situación laboral de las personas que asumen mayoritariamente la tarea del cuidado hacia el interior de su unidad doméstica y también para prevenir situaciones de violencia.

El relevamiento que se realizó desde el observatorio de CAM durante el mes de octubre de 2020 entre 384 trabajadoras y trabajadores de diversos tipos de organizaciones mutuales (entidades de base, federaciones y confederaciones), parte de principios basados en datos públicos respecto de lo que comienza a visibilizarse como una problemática abordar: según el Ministerio de Economía de la Nación, las tareas domésticas son asumidas en el 76 por ciento de los casos por mujeres y solo en 24 por ciento por hombres. Este trabajo, que no es remunerado, representa 16 por ciento del Producto Bruto Interno.

De igual manera, según datos de 2019 de UNICEF, según cita el informe, “En Argentina, el impacto del significativo aumento en la participación de las mujeres en el mercado laboral no fue acompañado por el desarrollo de un sistema público de cuidados de calidad”.

En el contexto actual -afirma el informe de CAM- “dichas inequidades se han profundizado, a partir de la interrupción de la asistencia a los establecimientos educativos, el apoyo escolar, el incremento de las actividades domésticas, la contención afectiva, home office”, entre otras anomalías de la vida cotidiana que produjo la Pandemia.

Los datos

De acuerdo con el relevamiento, que fue respondido principalmente en Santa Fe, Córdoba, Neuquén, Buenos Aires y CABA, 42,64 por ciento de las/los/les participantes informaron que tienen personas a su cargo: en el 75,31 por ciento de los casos se trata de hijas/os y en un 26,54 por ciento de padre o madre (adultos mayores). Un 73,37 por ciento de las personas encuestadas, se identifica con el género femenino, 26,11 con el masculino y 0,52 con otras identidades sexo genéricas. Más del 61 por ciento posee entre 35 y 45 años.

Para cumplir con las obligaciones laborales 38,13 por ciento delega el cuidado en su grupo familiar primario y 24,38 por ciento contrata servicios para tal fin. Un 13,75 por ciento solicita ayuda del grupo familiar secundario y 23,75 resuelve con otras estrategias.

El mutualismo no se detuvo y mostró capacidad de contener a sus trabajadores/as

A solo un mes de que fueran dictadas las medidas de aislamiento y a partir de las gestiones realizadas por INAES el mutualismo fue incluido en la lista de las actividades esenciales, lo que permitió a las entidades sostener su actividad. El estudio que emprendió el Observatorio se propuso indagar cómo se reorganizaron las jornadas laborales y qué capacidad de respuesta hubo ante las situaciones que se fueron presentando.

Consultadas sobre las condiciones para ejercer las tareas 87,74 por ciento de las personas que brindaron información manifestaron que contaron con los elementos de bioseguridad para desempeñar sus funciones. El 81,57 por ciento de las/os trabajadores, se sintieron emocionalmente contenidos.

Un 60 por ciento de las y los trabajadores realizaron sus tareas desde el hogar. En esos casos al 70,69 por ciento se le proporcionaron los elementos de trabajo. Un 81,03 refirió haber recibido colaboración de sus compañeras/os/es y un 60,03 expresó que su carga horaria laboral fue respetada.

El 18,78 por ciento de trabajadores solicitaron licencias y en el 97,2 de los casos, las licencias fueron otorgadas. Un 20 por ciento solicitó licencia por Covid-19, mientras que 17,14 de las licencias fueron por permisos especiales. Un 2,86 por ciento de las personas consultadas manifestó haber pedido cambios de horarios. En cuanto a las personas que continuaron con sus jornadas laborales habituales, 34.59 por ciento se sintieron sobrecargadas de trabajo.

Recomendaciones

Al retomar la visión y los objetivos con los que el Observatorio de Equidad de Género asumió la tarea, el informe cuenta con un apartado final en el que se recomienda a las entidades revisar los tiempos de cuidado legalmente reconocidos y adecuarlos a las necesidades particulares; analizar transferencias de dinero para cuidados específicos y/o excepcionales; favorecer el acceso a insumos tecnológicos; generar espacios de lactancia, alimentación y espera; ampliar licencias por paternidad y adecuar las mismas a los diferentes tipos de familias ( un 16, 75 por ciento de las/os/es consultados refirió que pertenece a “otro” tipo de familia diferente a la tradicional nuclear), continuar trabajando desde las entidades en la sensibilización sobre la temática del cuidado y otras situaciones que impiden el desenvolvimiento equitativo en el ámbito laboral (Licencias por nacimiento, por paternidad, compartidas, por enfermedad de familiar directo, por adaptación escolar, etc.)