Debora Donnini – Ciudad del Vaticano
A lo largo de la historia de la Iglesia, a veces, se ha pretendido que un determinado estado de perfección fuera mejor que los demás, con la presunción de «hacer de la Iglesia, casa y escuela de comunión y fraternidad en el único pueblo de Dios, un amasijo de sujetos autorreferenciales», «engreídos de sus propias prerrogativas», olvidando que, en cambio, «se llega primeros cuando los tres sujetos llegan juntos a la meta». En el prefacio del texto que sale mañana, «Como sal y levadura – Apuntes para una teología de la vida consagrada de la Iglesia», de los dos padres franciscanos, Valentino Natalini y Ferdinando Campana, el Papa Francisco se refiere a los tres estados de vida que componen la Iglesia, los sacerdotes, los religiosos y religiosas y los fieles laicos, que no deben ser tres enemigos sino «tres hermanos». Sin embargo, a veces ha habido «clericalismo» y «mundanidad espiritual» que han mostrado no un testimonio de vida auténticamente cristiano, sino «la reivindicación del poder». Las revistas Famiglia Cristiana y Credere anticipan hoy el texto integral de la presentación del Papa.
Balance de la enseñanza sobre la vida consagrada
El camino que recuerda Francisco es, por tanto, el de la comunión porque, escribe, «la Iglesia es bella porque es amada por su Esposo y Señor» con un amor que la hace fecunda. Los autores del texto, publicado por Libreria Editora Vaticana, hacen un balance de la enseñanza de la Iglesia sobre la vida consagrada a través de temas como la consagración, la profecía, la misión, la liturgia, la escatología, la espiritualidad, la santidad, con referencias a la Trinidad, a la Virgen María y a San José.
Los estados de vida, todos necesarios en la Iglesia
También se subrayan algunas características de los autores, uno es un anciano teólogo franciscano, «que lee los textos del Magisterio con la pureza del neófito», mientras que el otro es un joven hermano, un liturgista apasionado por la teología y la espiritualidad, «un querido amigo mío desde hace mucho tiempo», recuerda el Papa, que ha emprendido este trabajo siguiendo la estela del gran teólogo suizo Hans Urs von Balthasar», que habló de la reciprocidad del «principio petrino» y del «principio mariano» en la Iglesia, señalando que los estados de vida son igualmente «necesarios y constitutivos de la Iglesia». En este sentido también la referencia al Magisterio de San Juan Pablo II con las Exhortaciones Apostólicas post-sinodales Vita Consecrata, la Pastores Dabo Vobis, y Christifideles laici. El deseo del Papa es que, por tanto, la lectura de este texto ayude a «profundizar en el misterio de la Santa Madre Iglesia jerárquica».
Gentileza: Vatican News