El quinto encuentro mundial de Movimientos Populares en Roma, siguiendo la línea del Papa Francisco, recibió el firme respaldo del nuevo pontífice a las demandas de los trabajadores excluidos. Nicolás Caropresi de la UTEP destaca el discurso muy importante para la lucha global contra la exclusión capitalista.
El reciente encuentro en Roma entre el Papa León XIV y los Movimientos Populares del Mundo se desarrolló como continuidad de los trabajos iniciados durante la gestión del Papa Francisco. El evento se llevó a cabo en el edificio Spin Time, una edificación ocupada por cerca de 400 familias migrantes que llegaron a Italia huyendo de guerras y hambrunas en Asia y África. Este espacio funciona como un centro social donde estas familias, víctimas de persecución y discriminación, luchan por garantizar sus derechos en Italia.
Aunque el militante Nicolás Caropresi del Movimiento Trabajo Excluido (MTE) y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) no asistió a Roma, subrayó la importancia del compromiso papal. Caropresi enfatizó que los movimientos populares representan un antídoto contra la indiferencia estructural.
«El discurso del Papa León XIV constituyó un fuerte compromiso en la continuidad de levantar las banderas de tierra, techo y trabajo como derecho sagrado». Este mensaje no solo es esperanzador, sino que también es un respaldo a la lucha que llevan adelante los movimientos sociales en todo el mundo» afirmó Caropresi.
Asu vez, el dirigente de la UTEP señaló que el respaldo del pontificio demuestra que la situación de una parte muy importante de la población mundial depende de que se modifique el paradigma de cómo se abordan las cuestiones de exclusión generadas por el capitalismo.
Por otro lado, y desde la perspectiva interna de la UTEP, Caropresi también destacó que el desafío más grande es que todos comprendan a la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular como una herramienta gremial. Su objetivo es claro: organizarse para pelear por los derechos de los trabajadores excluidos. Esto se vuelve imperativo ante la situación política actual en Argentina, donde el sector de los trabajadores se enfrenta a intentos de deslegitimación de derechos ya conquistados, como la salud social complementaria.


