El líder de los Doce Apóstoles, Marcelo “Popó” Brandán Juárez, quería matar a toda costa a Agapito Lencina, el preso más odiado por la banda que tomó la cárcel de Sierra Chica en Semana Santa de 1996.
La primera vez le apuntó con una Ballester Molina plateada 11.25 ingresada ilegalmente al penal, pero sin balas. Fue el antecedente del intento de fuga, en el cual tomaron de rehenes 17 presos que consideraban violadores de menores y confidentes de la policía en el accionar de los internos.
La masacre duró ocho días y conmovió al país hace 25 años. En esos días , los Apóstoles mataron a ocho presos, los cocinaron en el horno del penal y con los restos cocinaron empanadas que convidaron a las autoridades.
De tal magnitud fue la cacería, que cuando Brandán tuvo enfrente nuevamente a Agapito, no lo dudó y le dio dos disparos en medio de una pelea en la cual «Gapo» se defendió a facazos. Aún vivo, lo remataron con la faca y el golpe de gracia fue un puntazo en el pecho.
Un guardiacárcel y un ex preso en Sierra Chica dicen que esta es la única foto que existe de Agapito Lencinas (Infobae)
Jorge Kröhling, el guardiacárcel que se ofreció como rehén a cambio de un colega herido, contó que vio a Agapito como si estuviera crucificado contra una reja, con los brazos en cruz. “Le sacaron los ojos y la lengua y los pinchaban”, comenta en Infobae.
Luego lo descuartizaron y dos testigos -un preso y un guardia- aseguran que con su cabeza jugaron a la pelota. El que la pateó, para más detalles, habría sido un convicto que después de ese acto fue apodado “Maradona”.
Con sus nalgas también hicieron empanadas y luego de darle facazos a sus restos lo incineraron para que no quedaran nada de él.
Jorge Kröhling, el guardiacárcel que se ofreció como rehén a cambio de un colega herido, (Diego Barbatto)
Agapito siempre mantuvo un perfil bajo y no hay más información de él más que los retazos de historia recopilada por los internos y guardias. Sin embargo, los mismos miembros de «los apóstoles» que tomaron el penal declararon que era una persona muy peligrosa.
“Si me agarraba, me mataba. Como hizo con un amigo mío. Era un canchero y un psicópata. En la cancha de fútbol daba vueltas de carnero. Era un violín y eso no se perdona. A un pibe recién ingresado le dijo que podía matarlo o violarlo, pero si quería protección debía entregarle a la hermana o a la madre para tener sexo. Era devoto del Gauchito Gil y afuera también violaba. Dicen que mató a un cana, pero no lo creo”, recuerda Acuña, uno de los integrantes de los 12 apóstoles.
Gapo entró por primera vez a una cárcel en 1975, a los 19 años. En 1983 el Tribunal en lo Criminal Número 98 de Morón condenó a Lencina a cadena perpetua por matar a un policía.
“Luego, Lencina se convirtió en uno de los líderes del penal: no perdía una pelea y era hábil con la faca. De sus muñecas colgaban cintas rojas de 20 centímetros. Las usaba para atar su arma y evitar que se le cayera”, escribió Ramiro Sagasti, que cubrió el motín para el diario La Nación.Durante el motín los presos mataron a 8 internos y mantuvieron 17 rehenes
(Con información de Infobae)