El Gobierno nacional se prepara para enfrentar el pico de la pandemia y busca sumar 1.500 camas críticas con el objetivo de llegar a unas 2.500. Se espera que a fines de junio el sistema de salud cuente con otros 2.500 respiradores.
«Nos estamos alistando para que el pico, la mayor cantidad de casos, no cause una saturación del sistema de salud», expresaron las fuentes.
En el país existen 2.500 camas de terapia intensiva para adultos en el sector público y 5.900 en el privado, lo que hace unas 8.400, y ante un «impacto medio» de la enfermedad se necesitarían entre 2.000 y 3.000 camas más, por lo que se considera clave contar con más unidades críticas.
«En este momento, por la suspensión de las cirugías programadas y la baja siniestralidad de tránsito, la mitad de esas aproximadamente 8.400 están ocupadas, cuando normalmente es el 70, 80 por ciento», calcularon las fuentes, quienes subrayaron la importancia de que todo el sistema de salud, público y privado, informen la cantidad de camas y el porcentaje de ocupación.
Según los voceros, en esta política de ampliar la disponibilidad «hay dos factores críticos: el equipamiento (como camas y monitores) y los respiradores».
«A través del trabajo que se hizo con el ministerio de la Producción, que ha financiado y estimulado a los productores de respiradores -explicaron-, podemos llegar a fines de junio a los 2.500 respiradores, un aumento que triplicaría la producción local».
Las fuentes indicaron que la necesidad estimada de respiradores en el país es de 3.000, que se agregarían a los casi 7.400 que existen en las unidades de terapia intensiva. «Llevamos distribuidos 335», señalaron. «Estamos yendo a buscar a China unos 1.500 respiradores, por contacto Estado a Estado», adelantaron.
En tanto, para aquellos pacientes positivos que no se encuentren graves y que no puedan garantizar el aislamiento en sus casas, se buscan como alternativa los hospitales de campaña como el que se monta en Tecnópolis, con 3.000 camas y capacidad de llegar a las 15.000.
El otro recurso crítico es el humano, por lo que se acordó con la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva que profesionales de otras áreas puedan cubrir los puestos de los terapistas durante la pandemia.
«Claramente no tenemos la cantidad de especialistas en terapia intensiva para este momento; además si un profesional se contagia, debe quedar en cuarentena todo el equipo de su turno, por eso tenemos que formar reservistas», explicaron.
Para las autoridades de Salud, los recursos humanos son el «otro cuello de botella», por lo que apuntan a incorporar a recién recibidos, aunque tengan el título en trámite, y a profesionales extranjeros.
En esta dirección, se abrió un registro de voluntarios, en el que se inscribieron unas 5.000 profesionales de distintas especialidades.
«Además de capacitarlos rápidamente, esto necesita un marco regulatorio para que las provincias puedan dar matriculas provisorias en estos casos en el marco de la contingencia. También estamos proponiendo que los paramédicos realicen los traslados en ambulancia en los casos de baja y mediana complejidad, porque vamos a necesitar a los médicos», finalizaron.