Por tercera vez, la albiceleste alcanzó un título mundial. El mismo llega en un contexto económico y político complejo. Compartimos el análisis de Marco Galán.
Argentina logró sumar una estrella en su camiseta al alcanzar el triunfo en la Copa del Mundo y el país salió a celebrar masivamente.
El hambre de éxito y de victoria se sintió en cada rincón del país, la gente necesitaba una alegría y la encontró en el fútbol. “Primero hay que saber sufrir”, dice el tango y, según definió un sociólogo, los argentinos somos “el tango más lindo de todos”.
Para dimensionar esta perspectiva, sólo bastaría considerar si algún otro acontecimiento es capaz lograr la sincronía de cientos de millones de almas alrededor de todo el planeta y en actitud expectante (en ocasiones al extremo).
Este triunfo llega en un contexto económico, social y político complejo, pero el impacto de este resultado en el ánimo de la gente la veremos por un tiempo más.