Este año hay elecciones medio término. En la Cámara Baja, los cordobeses participan en varios bloques. En Encuentro Federal y el oficial de la UCR, hay tres asientos en juego en cada uno; en el bloque PRO, a dos legisladores se les vence el mandato y en Unión por la Patria a uno.
También en 2025 se renovará un tercio de la Cámara de Senadores, aunque los representantes cordobeses continuarán su mandato, que vence recién en 2027. En esta oportunidad elegirán senadores (tres por distrito, dos por la mayoría y uno por la minoría), la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Entre Ríos, Neuquén, Salta, Río Negro, Santiago del Estero, Chaco y Tierra del Fuego.
Las expectativas están dadas, en el caso de Córdoba, por los nueve lugares en la Cámara de Diputados que pone en juego este distrito. Y fundamentalmente a partir de las elucubraciones que en el mundillo político se hacen por estas horas, en función de la performance que tendrá la lista de Milei, o mejor dicho cómo se elaborará: si con nombres propios o sumando a los “amigables”, provenientes del PRO y el radicalismo (los llamados radicales con peluca). Muchos dirigentes, a riesgo d perder sus identidades partidarias, disputan cómo caerle mejor al presidente Javier Milei.
Juntos por el Cambio, apenas un recuerdo
No se podrá desdeñar la actitud que asuma el senador Luis Juez. El hombre del Frente Cívico, dijo en los últimos días que su pretensión es en 2027 encabezar la boleta para gobernador en la lista de La Libertad Avanza. “Mirá Javier, dentro de tres años, si Dios me da salud y estoy en la consideración de los cordobeses, voy a intentar ser gobernador y me encantaría ser tu gobernador”, sostuvo en una entrevista con La Nación el ecléctico dirigente, que en las últimas dos décadas pasó, sin ningún pudor, por todas las fuerzas políticas”.
Los posicionamientos frente al gobierno de derecha de Javier Milei, tienen como primer efecto la detonación del otrora espacio opositor en Córdoba Juntos por el Cambio. El diputado Oscar Agost Carreño, hasta hace unas semanas titular del PRO, criticó con dureza a Mauricio Macri, por “entregarse” a La Libertad Avanza, sin saber “si es posible alcanzar un acuerdo político serio”. Por su parte, Soher El Sukaria, incondicional del partido fundado por el ex presidente y ahora funcionaria de Milei, acusó al ex titular del PRO, ahora intervenido, de no “haber podido hacer funcionar el partido en Córdoba”. En el campo radical, el diputado, ya abiertamente con peluca, Luis Picat, aseguró que “si hay alianza entre el PRO y Milei, el que tiene que liderar es el presidente”. A lo que el ex intendente Ramón Mestre respondió que “con el Gobierno nacional no tenemos coincidencias de ningún tipo”, negando así cualquier posibilidad de acuerdo de su sector con los libertarios.
El equilibrio del “cordobesismo”
Frente a este escenario, con una elección de medio término siempre considerada como test del gobierno nacional de turno, el oficialismo de la provincia sigue atento los movimientos del espacio opositor, especulando con que se profundicen sus divisiones y enfrentamientos, lo que atenuará las dificultades que se le presenta a Hacemos Unidos por Córdoba en la Legislatura, donde la extrema paridad no deja de ser un escollo a la hora de votar normas propuestas por el Centro Cívico.
Es conocido que el presidente Javier Milei goza en Córdoba con una buena imagen, a pesar del duro primer año de gestión, signado por el ajuste constante y la caída del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones.
Frente a esta realidad, y con las encuestas diarias siempre a mano, Martín Llaryora oscila entre no incomodar demasiado a la administración libertaria, y mostrarse “diferente”, tanto en el sostenimiento de políticas públicas como en la defensa de un Estado presente. Que los recursos provinciales se vieron mermados durante 2024 no se puede ocultar, más allá de los intentos por exhibir la continuidad de la obra pública y de manera recurrente exaltarlo, como una distinción respecto a Milei. Y la espada de Damocles en este año no será otra que la evolución del déficit crónico de la Caja de Jubilaciones que, de continuar el freno al envío de fondos nacionales, se puede transformar en un verdadero dolor de cabeza a la hora de hacer frente a jubilaciones y pensiones provinciales. Un dato: frente a otras administraciones eran mucho, muchísimo más airados los reclamos. No se observaba semejante cierre del grifo, pero la Provincia no paraba de denunciar “la discriminación del kirchnerismo”.
Entre las acciones “diferenciales”, el gobernador Llaryora, promulgó en estos días la ley de “Ficha Limpia”. A diferencia del frustrado proyecto a nivel nacional, en la Unicameral la iniciativa consensuada entre oficialismo y oposición consiguió un amplio respaldo. Por otra parte, es sabida la alianza entre el peronismo cordobés (o mejor, el cordobesismo) con el poder económico provincial, particularmente el sector de la agroindustria. Llaryora juega entonces a dos puntas: ratificó su apoyo a la Mesa de Enlace provincial que exige la quita de retenciones a las exportaciones de granos, sobreactuado su compromiso con el sector que aparece ninguneado por el Gobierno nacional. En otros momentos, y frente a otros gobiernos, “el campo” por mucho menos salió a cortar rutas provocando desabastecimiento de productos alimenticos esenciales. Será por cuestiones “ideológicas”, pero frente a los libertarios, la queja no va más allá de justamente eso, una queja.
Lo que votaremos este año
En la Cámara baja se modificarán 127 de las 257 bancas, correspondientes a la elección de 2021, mientras que el Senado repartirá 24 escaños de un total de 72, correspondientes a los comicios de 2019.
Los representantes de Córdoba, que responden al oficialismo provincial, forman parte del bloque Encuentro Federal. El espacio pone en juego la mitad de sus 16 bancas, de las cuales tres son legisladores cordobeses. Se trata de Ignacio García Aresca, Natalia de la Sota y Oscar Agost Carreño (que se incorporó al bloque aunque pertenece al PRO). Otros cordobesistas, como Carlos Gutiérrez, Alejandra Torres y el democristiano Juan Brügge, tienen mandato hasta 2027.
En la UCR, uno de los bloques en que está dividido, el que preside el cordobés Rodrigo de Loredo, pone en juego 14 de sus 20 bancas, entre ellas la del propio De Loredo. Otros asiendos en la Cánara Baja que deben renovarse, corresponden a Soledad Carrizo y Gabriela Brouwer de Koning. En tanto el PRO, pone en total su bloque en juego 23 de 37 lugares, entre los que se encuentran los que ocupan los representantes de esta provincia Héctor Baldassi y Laura Rodríguez Machado. Finalmente, Unión por la Patria, que en Diputados es primera minoría con 98 integrantes, renueva 46 bancas. Y por Córdoba, se le vence este año el mandato a Pablo Carro, lugar que pondrá en juego el espacio que responde a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.