El Presidente defendió la emergencia pública y aclaró que, a diferencia de otros ajustes, «este no está pagado por los que menos tienen, sino por los que mejor están».
El presidente Alberto Fernández defendió anoche la Ley de Emergencia al sostener que «si ajuste es poner orden en las cuentas públicas, estamos haciendo un ajuste», pero aclaró que, a diferencia de otros ajustes, «éste no está pagado por los que menos tienen, sino por los que mejor están».
En una entrevista difundida por la señal de noticias TN, el jefe de Estado preguntó «¿quiénes son?» en referencia a aquellos que están en las mejores condiciones de aportar esfuerzo, y respondió: «Los que exportan, los que producen petróleo, metales, la minería, el campo, los que están en mejor situación con sus bienes personales».
El mandatario hizo hincapié en que resulta imprescindible en la Argentina «pagar un plan contra el hambre va a costar 100 mil millones de pesos», pero que además incluye, según señaló, «poner en marcha la producción» en el país.
El extenso reportaje de unos 45 minutos incluyó definiciones sobre el dólar, Vaca Muerta, deuda externa, seguridad y política exterior.
Respecto de sus mayores preocupaciones desde el inicio de su gestión, Fernández destacó la relación de la Argentina con sus compromisos con el exterior.
Asimismo, Fernández tuvo palabras de aliento para el sector rural: «No quiero desalentar al campo, por eso les he garantizado que los pequeños productores, esta vez, tendrán un sistema de reintegro que no les haga pagar como los hizo pagar en otro tiempo la 125. Yo de la 125 aprendí, a mí dos veces no me pasa. Dos veces no cometo el mismo error», sostuvo.
«El campo no es problema para nosotros, tiene que ser parte de la solución»
Y agregó: «El campo no es un problema para nosotros, tiene que ser parte de la solución, y lo es. Ellos no tienen que ver a un agresor en el Gobierno, tienen que ver a un socio que los ayude a producir y exportar porque es lo que necesita la Argentina. En el contexto fiscal en el que estamos, les estamos pidiendo un esfuerzo tal vez mayor del que esperaban, pero es un esfuerzo en fin», puntualizó.
En cuanto a los compromisos con el exterior, el jefe de Estado dijo que «la deuda es lo que más me preocupa, porque es un gran condicionante. El viernes pasado pudimos renovar letras a una tasa sustancialmente más baja. Eso es confianza que estamos despertando. No hemos mentido. Queremos sacar a la gente de la situación de desamparo en la que está y a partir de allí promover un consumo virtuoso que mueva la producción», precisó el presidente.
Por otra parte, aclaró que «nadie quiere caer en default ni asumir un compromiso que no pueda cumplir», y enfatizó: «No voy a firmar un acuerdo con el FMI que no pueda pagar».
«No voy a firmar un acuerdo con el FMI que no pueda pagar».
«Nuestro deseo -dijo Fernández-, es tratar de resolverlo cuanto antes, pero resolverlo no es resolverlo a cualquier precio, es resolverlo bien cuanto antes».
Tras calificar de «brillante» al ministro de Economía Martín Guzmán y ponderarlo como poseedor de «un equilibrio exacto» entre heterodoxia y ortodoxia en materia económica, Fernández se refirió al cepo cambiario.
«Tenemos que buscar algún modo en el que cepo no se convierta en algo muy nocivo, de que la puerta siga permitiendo el ingreso de esos recursos. Estamos en eso. Estuvimos hablando con Martín Guzman. Tenemos que resolverlo sin perder la consistencia», precisó.
Asimismo, el mandatario ratificó que se están manteniendo contactos con comercios y empresas a fin de evitar que el 30 por ciento del impuesto al dólar implementado horas atrás para el atesoramiento y compras en el exterior se traslade a precios a nivel local.
Reveló también que se reunió con el presidente de YPF Guillermo Nielsen para terminar de revisar una ley para «blindar» Vaca Muerta, aunque se abstuvo de brindar precisiones al respecto.
Por otra parte, Fernández ratificó los cambios en la política de seguridad anunciados por su actual ministra Sabina Frederick, pero reivindicó no obstante el profesionalismo y desempeño de Gendarmería Nacional. «La culpa no es del chancho sino del que le da de comer», explicó sobre las políticas implementadas por Patricia Bullrich.
En cuanto a su relación con la vicepresidenta Cristina Fernández y las versiones sobre supuestos desencuentros, el Presidente lamentó tales planteos. «Hasta hace dos semanas yo era un pobre tipo que no podía armar el Gabinete porque Critina (Kichner) me armaba todo. Ahora dicen soy el presidente más poderoso. Ni una cosa ni la otra. Las dos cosas son falsas», señaló.
Opinó por otra parte que «hay muchísima gente que me quiere hacer pelear con Cristina», y apuntó: «Son los que no quieren que volvamos a ganar las elecciones. Esos intereses descubrieron que el peronismo unido nunca perdió. En un escenario tan polarizado, la unidad de las fuerzas es central. Eso lo aprendimos, no vamos a equivocarnos dos veces», advirtió.
Agregó que Cristina lo acompaña «de un modo magnífico: Hablo mucho (con ella) porque me hace pensar. Tiene una enorme generosidad. Es una amistad muy consolidada porque tuvimos mucho encuentro, mucho desencuentro y mucho reencuentro», remarcó.
Fuente: Agencia Télam.