La ruptura en Catamarca se oficializó este martes, cuando los diputados Fernanda Ávila, Sebastián Nóblega y el electo Fernando Monguillot enviaron una nota al presidente de la Cámara, Martín Menem, comunicando la creación del bloque “Elijo Catamarca”, que quedará bajo la conducción de Nóblega. “Por medio de la presente, tengo el agrado de dirigirme a Usted con el objeto de informarle la constitución de un nuevo Bloque Parlamentario que llevará la denominación de ‘Elijo Catamarca’”, expresa la carta.
De los cuatro legisladores catamarqueños electos por el peronismo local, solo Claudia Palladino —alineada con Lucía Corpacci— permaneció dentro de UxP.
Este reacomodamiento impactó directamente en la composición general. Sumados los nuevos movimientos, LLA alcanzó los 95 diputados y superó los 93 de Unión por la Patria, que continuará presidido por Germán Martínez, con Paula Penacca como secretaria parlamentaria. Así, luego de la jura de los 127 nuevos legisladores, el oficialismo se convertirá formalmente en la primera minoría.
Con ese número, el mileísmo no solo podría ratificar a Martín Menem en la presidencia de Diputados, sino también asegurarse la vicepresidencia primera, cargo que dejará vacante Cecilia Moreau. Aunque sonaba Luis Petri para ocupar ese lugar, desde el oficialismo aclararon a Noticias Argentinas que no será elegido debido a que dejará el Ministerio de Defensa apenas unos días después de la sesión preparatoria.
El resto de las vicepresidencias quedará sujeto a la pulseada entre los tres nuevos interbloques que empezarán a funcionar desde el 10 de diciembre: Provincias Unidas, el espacio impulsado por gobernadores del Norte, y la alianza que terminaron de cerrar el PRO y la UCR, que además sumaría al MID y a Coherencia. La magnitud de cada bancada será determinante también en la integración de las comisiones: al tener una banca más que UxP en cada una, LLA contará con una ventaja estratégica que no había logrado en 2024 ni en lo que va de 2025.
Las negociaciones entre los bloques no dan respiro. Provincias Unidas, asentado en el impulso de los gobernadores de Chubut, Santa Fe y Córdoba, estaba muy cerca de llegar a la veintena de miembros incorporando a Encuentro Federal (Pichetto y Massot), a radicales de Democracia para Siempre y a la Coalición Cívica. Al mismo tiempo, los mandatarios de Salta, Misiones, Tucumán y Catamarca buscaban un armado propio con mayor volumen político.
En paralelo, el PRO sufrió un nuevo achicamiento: a las salidas de José Núñez y Sergio Capozzi rumbo a Provincias Unidas, se sumó la de Morchio hacia LLA, lo que redujo al macrismo a una docena de diputados. Para evitar quedar desdibujado, el partido de Mauricio Macri decidió acelerar el acuerdo con la UCR (que tiene siete bancas), proyecto al que se anexarían el MID de Claudio Falcone y Oscar Zago, y el espacio Coherencia.
La tensión en el peronismo ya venía de antes. El gobernador Raúl Jalil mantiene desde el año pasado diferencias abiertas con la conducción de Germán Martínez, e incluso adoptó posiciones legislativas más cercanas al oficialismo nacional. Además, en las últimas semanas insistió en la necesidad de “desconurbanizar” el peronismo y mantuvo conversaciones con otros mandatarios —entre ellos Gustavo Sáenz y Osvaldo Jaldo— para explorar un interbloque alternativo, que por ahora no prosperó. Misiones y Neuquén analizaron sumarse, pero después tomaron distancia.
En medio de este mapa cambiante, LLA también capitalizó otras incorporaciones recientes: los diputados del PRO Alejandro Bongiovanni y Verónica Razzini, junto a la suplente de Silvia Lospennato, habían migrado al oficialismo la semana previa. Aun así, al cierre de esas movidas, todavía necesitaban una banca más para superar a UxP… algo que terminó sucediendo con el quiebre catamarqueño.
Mientras tanto, el peronismo intenta contener la sangría. Según Infobae, Cristina Kirchner, La Cámpora, Sergio Massa y varios gobernadores se encuentran negociando desde hace días para evitar nuevas fugas. La continuidad de Palladino dentro del bloque fue leída como un gesto de ese esfuerzo por preservar un mínimo de cohesión interna en la antesala del nuevo año parlamentario.
Con este escenario, la Cámara de Diputados ingresa a una etapa inédita, marcada por alianzas más volátiles y un equilibrio milimétrico entre oficialismo y oposición.
