La columna de Mariano Saravia sobre la liberación del periodista australiano. Tras 5 años preso y 14 años de intimaciones, el fundador de WikiLeaks, fue perseguido por revelar miles de documentos confidenciales. Assange dejó la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh y se dirige a Australia a encontrase con su familia.
Sin esposas ni custodia policial, Julián Assange se encamina a Australia. Todavía, deberá comparecer ante un tribunal federal en las Islas Marianas, territorio estadounidense en el Pacífico, donde se declarará culpable de «conspiración para obtener y revelar información relativa a la defensa nacional» y llegará a un acuerdo con el Departamento de Justicia.
WikiLeaks dio la noticia en un comunicado: «Julian Assange está libre. Abandonó la carcel de máxima seguridad de Belmarsh en la mañana del 24 de junio, tras haber pasado allí 1.901 días. El Tribunal Superior de Londres le otorgó la libertad bajo fianza y fue puesto en libertad en el aeropuerto de Stansted por la tarde, donde embarcó en un avión y partió del Reino Unido».
Paso más de cinco años en una celda de 2×3 metros, aislado 23 horas al día.
«Esta semana esta signada por la conmoción de la libertad del periodista de WikiLeaks, esto en virtud de un acuerdo secreto al que habría llegado con el Departamento de Justicia de Estados Unidos», explica Saravia.